Las televisiones rechazan los controles del primer debate entre Bush y Kerry
Los dos candidatos a la presidencia de EE UU abren hoy el fuego en Miami sobre Irak
Hace cuatro años, el candidato George W. Bush tenía a mediados de septiembre una desventaja de 8 puntos con respecto al vicepresidente Al Gore. Cuando los tres debates concluyeron, a mediados de octubre, Bush iba 11 puntos por delante en las encuestas. Aunque llegaron empatados al final de la campaña, el dato da una idea de la importancia de los debates. Para no verse sorprendidos, los equipos de los candidatos pactan al detalle las reglas del juego. Pero las de este año no han gustado a las televisiones, que rechazan ciertas exigencias previstas para el debate de esta noche en Miami.
Según una encuesta del Pew Center, el 29% de los norteamericanos cuentan con que los debates les ayudarán a decidir su voto. Es un porcentaje muy significativo en unas elecciones tan disputadas. Por eso los dos campos valoran al máximo el efecto de las discusiones televisadas y por eso los equipos de Bush y Kerry, han pasado semanas debatiendo sobre los debates. En su celo por evitar situaciones de desventaja, han producido un documento de 32 páginas en el que se estipula todo: los candidatos llegarán al estudio al mismo tiempo, "se estrecharán las manos y se dirigirán sin más hacia su respectivo podium". Cada podium mide 127 centímetros, visto desde la audiencia, pero 121,92 centímetros para el presidente y el senador, porque estarán sobre una pequeña plataforma. La posición de cada uno será equidistante con respecto al centro del escenario y estarán entre ellos a tres metros de distancia: Kerry es más alto que Bush, y al presidente no le conviene que eso se resalte.
Todo eso, y mucho más -los candidatos no podrán dirigirse preguntas entre sí ni moverse por el escenario, una moneda al aire determinará quién empieza y quién acaba, otra decidirá el lado en el que se colocará cada uno- regulará el combate dialéctico. Hasta aquí, ningún inconveniente, porque cada equipo cree haber fijado las reglas que le conviene. Pero el problema surgió ayer cuando las cadenas de televisión conocieron las condiciones que les afectan. "No podrá haber tomas desde detrás de los candidatos, solamente del moderador (...) Los candidatos no podrán aparecer en el aire a no ser que estén hablando (...) No podrá haber tomas de la audiencia, incluidos los familiares de los candidatos".
Ni hablar, dijeron las empresas, sobre todo a la imposición de eliminar los planos del candidato que no está hablando. La cadena que sirve las imágenes a las demás -en Miami, la Fox- dijo, a través de un portavoz, que esta noche seguirán "criterios periodísticos, no restricciones externas". La NBC también anunció que no se siente atada por los acuerdos entre los candidatos, igual que la ABC y la CBS. El portavoz de la CNN dijo que su emisora "se reserva el derecho de adoptar sus propias decisiones sobre la cobertura de los debates, exactamente igual a como se ha hecho siempre".
Acuerdo de los candidatos
En las precauciones de los equipos pesa el daño sufrido por candidatos -Bush padre consultando el reloj en 1992 como si estuviera cansado o aburrido; Al Gore poniendo cara de desprecio a los argumentos de George W. Bush en el año 2000- pero las televisiones están decididas a no renunciar a sus posibilidades. Los debates sirven para que millones de personas que hasta ahora no han prestado mucha atención conozcan a los candidatos, y aunque todo está medido y pesado, nunca se pueden anticipar las sorpresas ni controlar las reacciones. Eso es lo que un espectáculo político fundamentalmente televisivo como este no puede eliminar.
La Comisión que organiza los debates intentaba arreglar ayer el problema, pero uno de sus presidentes, Frank Fahrenkopf, dijo a The New York Times que los que han firmado los acuerdos son los candidatos, y que la Comisión no tiene autoridad para exigir nada a nadie.
Mientras, George W. Bush aprovechaba ayer su visita a las zonas de Florida devastadas por los huracanes para hacer campaña, y el senador Kerry reconocía en la ABC que cuando dijo que votó en contra de los 87.000 millones de dólares para el presupuesto extraordinario de Irak después de haber votado a favor "fue una forma desarticulada de decirlo". Kerry rectificó además su afirmación del 9 de agosto y dijo que "sabiendo lo que hoy sabemos, no deberíamos haber ido a la guerra".
Tras los sondeos de ayer en los que Bush conseguía una ventaja de 7 y 8 puntos, otro más, del Pew Center, dijo ayer que el presidente tenía un 48% de las intenciones de voto frente al 40% para el senador. En su anterior encuesta, los dos estaban empatados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.