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Todo el centro de Barcelona tendrá 'zona azul'

Las tarifas de la capital catalana duplican las que cobra el consistorio de Madrid

Barcelona se ha decantado por el modelo de Madrid y ha decidido extender la zona azul a buena parte de la ciudad, desde la Ronda del Mig hacia el mar. Pero lo hace duplicando las tarifas de Madrid: aparcar en el Eixample o Ciutat Vella costará 2,75 euros una hora -es el límite-, frente a los 1,30 euros que cuesta en Madrid. Los residentes pagarán un euro a la semana o 0,20 al día y verán limitado el estacionamiento a un radio de unos 500 a 1.000 metros de sus domicilios. Se prevé que la recaudación del consistorio por zona azul pase de 16 millones de euros en 2004 a 24,10 millones en 2005.

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La medida fue aprobada ayer por la comisión de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona con el nombre de "regulación integral de estacionamiento" y se irá aplicando progresivamente a partir de 2005. En la práctica supone que ninguna de las aproximadamente 60.000 plazas de aparcamiento en superficie del centro urbano quedará libre de pago, incluso para los residentes, a excepción de las zonas de carga y descarga, y fuera del horario nocturno. Actualmente las plazas libres son 45.000.

El perímetro lo marca la Ronda del Mig desde el Guinardó hasta el mar. Se da la circunstancia de que la medida afectará de forma desigual a un mismo distrito; es es el caso de Les Corts: el margen derecho de la ronda de ese distrito estará dentro del perímetro y el izquierdo no, lo que supone que los aficionados que van al FC Barcelona en coche no pagarán. Según el concejal de Vía Pública, Jordi Hereu, la medida persigue disuadir de la utilización del coche privado para acceder al centro de la ciudad. Más de un millón de vehículos pasan por el centro de la ciudad a diario y el 93% son estacionados.

Habrá en realidad tres zonas de estacionamiento: las destinadas en exclusiva a los residentes (limitadas al centro de Ciutat Vella y Gràcia), que pagarán un euro a la semana o 20 céntimos al día; las de carácter mixto, en las que los residentes podrán aparcar con las mismas tarifas, y una tercera área subdividida en dos zonas: la A (todo el Eixample y Ciutat Vella), con una tarifa de 2,75 euros y un tiempo máximo de una hora, y la B (el resto hasta la Ronda del Mig), donde aparcar costará 2,50 euros la hora y el máximo permitido será de dos.

Todavía no se ha determinado cuál será el distintivo de los residentes. Las plazas de zona azul que ya existen en la actualidad en el centro de la ciudad no se abrirán a los residentes con una tarifa reducida porque los responsables municipales consideran que no se trata de zonas de residencia, sino eminentemente comerciales

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Disuadir al automovilista

El espíritu que ha inspirado esa medida -que ha sorprendido a varias de las entidades del Pacto por la Movilidad por el procedimiento empleado- es que si se generaliza la zona azul a precios superiores a los de los aparcamientos subterráneos -la hora de los Saba cuesta 1,70 euros-, se conseguirá disuadir al conductor.

Es una medida a medio camino entre la tasa de congestión o peaje en destino y la peatonalización. La tasa de congestión existe en otras ciudades, como Londres, y su recaudación va íntegramente a inversiones destinadas al transporte público. Según Hereu, esa medida no se puede aplicar en este caso porque resultaría injusta: "Pagaría lo mismo el que hace un sólo movimiento y, por tanto, aparca una sola vez que el que realiza más de uno y, por tanto, genera más problemas de movilidad".

En Madrid se introdujo el sistema de la zona verde en 2001 y se ha ido ampliando. Actualmente se aplica en 10 distritos del centro. Las tarifas son más baratas: 1,30 euros la hora. El resto de la zona azul de la capital española también es más barata: 1,50 euros, con un límite de dos horas

En cuanto al incremento de recaudación que el consistorio de Barcelona obtendrá por ese concepto (pasará de 16,31 millones de euros de este año a 24,10 en 2005, según las previsiones) irá a parar a la caja única municipal, según aclaró Hereu, y a pagar el incremento de plantilla de los vigilantes de la zona azul -de 130 a 300- y la instalación de parquímetros. En su opinión, y también en la del concejal José Cuervo, se trata de una cantidad insignificante para invertir en transporte público. "Una de las mejoras será poder bajar las motos de las aceras a las calzadas, ya que se crearán más plazas", continuó Hereu. Al preguntársele cuántas, no lo concretó.

Tampoco concretó cuál será el límite de un residente para aparcar en la calle. "Ya se verá, pero queremos evitar los movimientos de un lado a otro y la picaresca de cambios de zona, por lo que habrá que buscar un límite de unos 500 a 1.000 metros". En caso de que un residente no mueva el coche en una semana, correrá el riesgo de que la grúa se lleve el vehículo.

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