Ratas melómanas y erizos chivatos
130 estudiantes compiten con sus proyectos de investigación en el Certamen de Jóvenes Investigadores de Mollina
Ratas melómanas que engordan o adelgazan según escuchen cantos gregorianos o heavy metal; erizos que chivan el nivel de contaminación de las aguas de la bahía de Cádiz a causa de los vertidos de gasóleo; trenes sin ruedas que alcanzan increíbles velocidades gracias a los campos magnéticos y plantas que crecen a un ritmo inusitado gracias al riego con agua imantada. Ésta es una pequeña muestra de los 34 proyectos que 130 estudiantes de todo el país han presentado este año en la vigésimo séptima edición del Certamen de Jóvenes Investigadores que se celebra hasta mañana en Mollina (Málaga).
Los 34 proyectos de estos jóvenes, de edades comprendidas entre los 15 y 19 años, son los que han llegado a la fase final de un certamen al que se han presentado más de 100 proyectos de colegios e institutos de todo el país, congreso que galardona a estos incipientes investigadores con premios en metálico de hasta 6.000 euros y con la participación de los finalistas en el certamen de jóvenes investigadores que organiza la UE.
De los 130 participantes en el certamen de Mollina, sólo 10 son estudiantes andaluces. "Aquí mandan los catalanes, porque en Cataluña es obligatorio que los alumnos de la ESO realicen proyectos de investigación durante el curso", explica Orlando Garzón, profesor y coordinador del proyecto realizado por los cinco alumnos de bachillerato del colegio Montecalpe de Algeciras (Cádiz). Ignacio Berlán, Pablo Camacho, Manuel Morales, Juan Carlos Ruz y José Miguel Ramos tuvieron muy claro desde el principio cuál sería el objeto de su investigación: la incidencia que los continuos vertidos que se producen en la bahía de Cádiz tienen sobre la vida marina de la zona. Para ello, estos jóvenes investigadores se fijaron en una especie animal tan ligada a la vida de los gaditanos que hasta tiene varios días de fiesta destinados a su consumo a granel: el erizo.
Este sabroso invertebrado ha resultado ser un magnífico chivato del impacto que causan los vertidos de fuel y gasóleo. Algunas de las conclusiones del estudio de estos cinco jóvenes gaditanos dan prueba de ello. "Hemos detectado malformaciones en los embriones y calibrado el nivel de adherencia de estos productos. Por ejemplo, el fuel arrasa en la zona donde cae, mientras que el gasóleo causa menos daños, pero se extiende mucho más que un vertido de fuel. También hemos comprobado que a mayor concentración de azufre en las aguas, menor es el ritmo de crecimiento de esta especie", explican ante una pantalla donde presentan los copiosos resultados de su investigación.
Más teórico y complicado para todo neófito en química resulta el trabajo de investigación realizado por los otros cinco andaluces presentes en el certamen. Antonio Padilla, Sergio Virado, José María Capelo, Francisco Javier Bonachera y Francisco Javier López han tardado unos cinco meses en demostrar empíricamente la verificación del número avogadro en el sulfato de cobre. "Su utilidad es medir la cantidad de átomos que presenta una sustancia. Ha sido un trabajo duro, al que hemos dedicado horas libres, recreos e incluso días de vacaciones de verano en vez de irnos a la playa", explican estos alumnos almerienses de 4º de ESO del colegio Saladares de Roquetas de Mar.
Ambos equipos andaluces confían en que, al menos, lograrán una de las becas de estudio que otorgará el jurado, conscientes de que sus proyectos no son tan llamativos como algunos de los presentados por la comunidad autónoma con más peso en el certamen: la catalana, con 13 grupos. Aún así, todas las papeletas para alzarse como ganadoras del certamen las tienen las cuatro alumnas canarias que, gracias al eco mediático, han dado a conocer a toda España e incluso en Francia su proyecto sobre la influencia que distintos tipos de música tiene en las ratas. Estas jóvenes científicas canarias han concluido que según la música que escuchan, los roedores adelgazan (cantos gregorianos), engordan (heavy metal), muestran claros síntomas de estrés (isas canarias) o se morían de sed al escuchar música latina con saxo.
No obstante, los jóvenes investigadores andaluces ya se dan por satisfechos por vivir la experiencia de participar en el certamen, que se celebra en las cuidadas instalaciones del Centro Eurolatinoamericano de la Juventud en Mollina (CEULAJ), estancia sufragada por el Ministerio de Educación y el Centro Superior de Investigaciones Científicas.
Pese a la satisfacción que les supone haber llegado a la fase final del certamen, sus coordinadores no dudan en dar un toque de atención a la Consejería de Educación para que anime y apoye con más medios la investigación en los colegios e institutos andaluces.
"El pasado año sólo participó un representante de Extremadura y el presidente Ibarra
[Juan Carlos Rodríguez Ibarra] recibió a los estudiantes tras el certamen. Pues bien, este año ya hay cuatro centros extremeños participando. Digo yo que si Manuel Chaves al menos recibiese a los nuestros....", indica Fernando José Cordero, profesor del colegio Saladares.
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