Los archivos del FBI se saturan
Las unidades antiterroristas del FBI cuentan con el despliegue de personal y la protección judicial para grabar cientos de miles de horas de conversaciones que pueden contener vínculos terroristas, pero la agencia de investigación carece de traductores para poder interpretar todo ese material. Un elemento más se añade a este bloqueo: los archivos digitales del FBI no tienen capacidad para almacenar más documentos y archivos sonoros y han empezado a borrar el material no traducido.
Un informe de la Inspección General del Departamento de Justicia proporciona una valoración sombría de los trabajos del FBI en la lucha antiterrorista. Existen en sus archivos 123.000 horas de grabación de conversaciones "sospechosas" que nunca han sido revisadas ni traducidas. Las grabaciones contienen diálogos interceptados entre personas con algún tipo de relación -remota en la mayoría de los casos- con la organización terrorista Al Qaeda.
La cifra permite desvelar también hasta qué punto las nuevas leyes impulsadas por el Gobierno de George W. Bush han permitido el seguimiento y la grabación de conversaciones privadas, que ya no dependen de una orden judicial sino de un permiso genérico que facilita inmediatamente una institución secreta conocida como Tribunal de Vigilancia para la Inteligencia Internacional, dependiente del Departamento de Justicia.
El 10 de septiembre de 2001, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) captó y grabó varias conversaciones entre personas vinculadas a Al Qaeda en las que se incluían mensajes como "Mañana es la hora cero" o "El partido está a punto de comenzar". Las grabaciones no fueron traducidas hasta semanas después de los atentados.
La interceptación de conversaciones y la acumulación de documentos ha aumentado casi un 50% en este mismo periodo.
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