Clásicos de vanguardia

La más rabiosa vanguardia arquitectónica no está reñida con el calor de hogar. Una mesa de madera maciza y cuatro pesadas sillas de estampado clásico crean un rincón abrigado en una vivienda sin tabiques. Una copa redonda suaviza el ángulo más abrupto de cualquier cocina...

La aportación del Colegio de Diseñadores y Decoradores de la Comunidad Valenciana a la Feria del Mueble, que se exhibe en el pabellón dedicado a la vertiente cultural del certamen, pone de relieve las posibilidades que ofrece la coexistencia de estilos, la convivencia de modelos radicalmente diversos, cómo los muebles más clásicos "suavizan" los perfiles agresivos del diseño más moderno y alfombran las líneas más frias.

Los diseñadores Pedro Díaz Cano y Juan Cosín ofrecen un nuevo concepto de loft, un modelo de vivienda surgido a partir de la ocupación de antiguas naves industriales, amueblado al estilo más tradicional.

Firmas como Mariner, Voro Valentí, Marfe o Amboan, entre otras, aportan muebles macizos, pesados, estampados y vajillas clásicas. Una docena de fabricantes de corte tradicional presentan sus productos en un entorno novedoso. Los responsables del proyecto explican que "se pretende evidenciar su pervivencia con el paso del tiempo y su compatibilidad y complementariedad con las tendencias actuales más vanguardistas, destacando su valor como referente histórico y cultural capaz de amortiguar, encajar, suavizar o reducir los envites del futuro más invasor".

Otra vertiente del proyecto consiste en descubrir a los fabricantes de mueble clásico nuevas formas de presentar su producto, alejadas del carácter rectangular que caracteriza cualquier expositor de la feria.

La reflexión última pretende hacer valer "los códigos de creación" por encima de aspectos meramente cronológicos, una reivindicación propia del colegio de diseñadores.

El porvenir de mi pasado, el lema del expositor, será objeto mañana de un debate abierto en el que Díaz Cano y Sanz, sus impulsores, compartirán mesa con Manuel Lecuona, catedrático de Gestión de Diseño, Pepe Cosín, responsable del Comité FIM Cultural, y Carmen Baselga, vicepresidenta del colegio de diseñadores.

La ampliación de la Feria de Valencia ha permitido ceder el nuevo pabellón 5, en su totalidad, al desarrollo del FIM Cultural, una apuesta que cobra cuerpo en su tercera edición. El primer año se concentró en una exhibición de varios Nuevos Diseñadores (Nude) en el velódromo Luis Puig, vecino al recinto ferial. El año pasado, en plenas obras de ampliación, Nude ocupó un pasillo de paso obligado junto a la entrada principal del certamen. Este año, Francisco Camps, presidente de la Generalitat, sugirió la posibilidad de destinar el pabellón 5 con carácter permanente a la exposición de nuevas tendencias al margen del circuito comercial.

La Feria del Mueble es el único certamen que incorpora un espacio para los jóvenes diseñadores, pero un portavoz del colegio asegura que están abiertas conversaciones con los responsables de las diversas ferias textiles o Cevisama para extender el escaparate.

La relevancia del diseño adquiere protagonismo en paralelo a las denuncias de plagio. Al menos tres empresas han denunciado competencia desleal en el presente certamen.