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Reportaje:

Un siglo de gobierno democrático

Cuatro alcaldes de la Comunidad fueron agasajados ayer por haber cumplido 25 años ininterrumpidos en sus cargos

Entre todos suman un siglo de gobierno democrático. Matías Martín García, Pedro Mora, Carlos Rivera y Luis Partida son alcaldes desde hace 25 años, ininterrumpidamente, y han sido reelegidos siete veces consecutivas desde 1979. Ayer, los cuatro fueron agasajados en la Real Casa de Correos por la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, en un acto en el que se les entregó un bastón de mando simbólico por su aportación al bienestar de sus respectivos municipios. "Llevo más de la mitad de mi vida en esto", recuerda Rivera, regidor de Torremocha del Jarama.

Con diferentes personalidades, estos hombres se han convertido en figuras trascendentales de la historia de sus pueblos, Cervera de Buitrago, Fuentidueña del Tajo y Villanueva de la Cañada, además de Torremocha.

"El pueblo no contaba con servicios como luz, agua o alcantarillado", recuerda el regidor Matías Martín García

Pero a pesar de la algarabía que mostraron durante la ceremonia de ayer, todos coinciden en que sus trabajos no son sencillos.

"Hasta hace algún tiempo, en los pueblos de la sierra no contábamos con servicios básicos como agua o alcantarillado, y a veces ni siquiera con luz eléctrica". El que habla es Matías Martín García, alcalde de Cervera de Buitrago, que con esas mismas palabras explicó ayer en su discurso a Esperanza Aguirre y a sus pares de los 179 ayuntamientos de la región el problema de localidades como la suya, que reciben visitas turísticas los fines de semana, pero quedan desiertas de lunes a viernes. "El despoblamiento amenaza de muerte a sitios como Cervero, porque si bien la calidad de vida ha mejorado, nos falta trabajo", añadió. Por eso, además de agradecer el homenaje, García recordó a la máxima responsable de la Comunidad la necesidad de ayudar a los pueblos más desfavorecidos.

Cervera de Buitrago queda en el extremo noroeste de la región, a 82 kilómetros de la capital. El último censo señala que en el distrito viven menos de 100 habitantes, algunos de los cuales deben hacer 12 kilómetros hasta el pueblo más cercano para comprar alimentos.

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La situación no era muy diferente en el sur, al menos cuando, en 1979, Carlos Rivera fue elegido alcalde de Torremocha del Jarama. Por ese entonces, Rivera tenía apenas 23 años y estudiaba en la capital, pero las pésimas condiciones en las que vivía la gente en su pueblo lo animaron a presentarse a las elecciones sin ninguna bandera política. Su propuesta independiente fue acogida con alegría por los 140 vecinos que vivían sin escuelas, sin médico y sin siquiera una farmacia. Un cuarto de siglo después, el electorado que perpetúa a Rivera en su puesto está constituido por unas 500 personas. Los niños van al colegio municipal y utilizan sus centros culturales y deportivos, además del reciente acceso gratuito a Internet.

Rivera, que además de alcalde es empleado en otro municipio para poder mantenerse, anticipa que mientras la gente esté contenta con su trabajo seguirá yendo cada día a la sede del Ayuntamiento, "25 años más, si hace falta".

Pedro Mora, el socialista responsable del gobierno de Fuentidueña del Tajo, asegura que la solución para los pueblos con problemas es la creatividad. Pero no por ello olvidó recordar en su discurso de ayer su compromiso con el Pacto de los Ayuntamientos, un acuerdo que daría a los pequeños municipios la facultad de encargarse de ciertos servicios que ahora están a cargo de la Comunidad. Su localidad es de las que más ha cambiado en estos últimos años. Cuando Mora ganó las elecciones se encontró en un pueblo en el que las fuerzas vivas se oponían rotundamente a que calles como la del Generalísimo recuperara su nombre anterior al régimen franquista. Hoy, Mora dice estar orgulloso de la conciencia democrática de sus vecinos y de su nivel de participación. "Conocer los problemas de la gente es la clave para ser un buen alcalde, y solucionarlos, la única manera de seguir siéndolo", explica el hombre que ha conseguido mayoría absoluta en las siete elecciones.

Un ejemplo similar es el de Villanueva de la Cañada, donde las ruinas de los bombardeos de la Guerra Civil y la reconstrucción del Gobierno franquista habían dejado un pueblo pobre y sin comodidades. Ahora, de la mano de Luis Partida, del PP, aquel caserío sin escuelas ha dado paso a una localidad moderna, con dos universidades y transporte y sanidad óptimos. El encontrarse a 50 kilómetros de la capital ha sido providencial. "Lo que antes era símbolo de pobreza ahora es un sitio que la gente elige por la calidad de vida que puede ofrecerle", resume el alcalde. "No hay mejor demostración de lo que han logrado más de dos décadas de democracia en Madrid".

Imágenes de una etapa fundamental

La exposición XXV años de ayuntamientos democráticos, inaugurada ayer por Esperanza Aguirre, reúne en la Real Casa de Correos un conjunto de 162 fotografías de Madrid, sus pueblos y ciudades durante el último cuarto de siglo.

Estos documentos gráficos -cedidos por la agencia Efe, el Canal de Isabel II y los ayuntamientos de Arganda del Rey y Getafe- ofrecen una visión global de la historia democrática de la Comunidad.

Las fotos, situadas en el patio central de la sede del Gobierno regional, se han dividido en 12 apartados temáticos que reflejan los cambios vividos tanto en las instituciones como en las calles, y recogen momentos fundamentales, que están en la memoria colectiva de los madrileños.

Desde las manifestaciones feministas a finales de los años setenta hasta las marchas multitudinarias en contra de los atentados de ETA en los noventa. Desde los Carnavales pregonados por Pedro Almodóvar en 1988, a la fiesta del Orgullo Gay de este año. Y desde las multitudes aclamando a los príncipes de Asturias en el día de su boda hasta el mar de paraguas que llenó las calles de la ciudad tras el 11-M. La muestra va de un lado a otro de la historia, en viajes transversales por el ser madrileño, sus logros y sus problemas. Y también sus nuevas caras, en una zona dedicada a los inmigrantes.

Para el comisario, Antonio Martín Escorza, "un recorrido por estos años de democracia merecía un sitio como éste, en el que han transcurrido algunas de las páginas más importantes de la historia española".

La muestra se podrá ver en el vestíbulo de la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol, de lunes a sábado hasta el 28 de noviembre.

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