Éxito gracias al boca a boca
La mayor parte de las universidades seleccionan a sus alumnos Erasmus basándose en su expediente académico y en el conocimiento del idioma del país de destino. En la Universidad de Granada, por ejemplo, los alumnos deben pasar una prueba de alguna de estas lenguas: francés, inglés, alemán, italiano, holandés, griego, ruso, checo y portugués. En esta universidad, de 2.000 solicitantes, sólo unos 950 acaban por participar.
"Es fundamental que el alumno conozca el idioma del país donde va a trasladarse. No se puede partir de cero, puesto que debe entender las materias que va a estudiar", enfatiza una técnica de la Oficina Erasmus Sócrates de la Universidad Complutense.
De hecho, como aseguran algunos participantes, el idioma es el principal problema con el que se encuentran. María José Rodríguez Pose, madrileña y de 30 años, que cursó el último curso de Publicidad en la Universidad de Lille (Francia) lo corrobora: "El idioma fue lo que más cuesta arriba se me hizo en algunas asignaturas, a pesar de que tenía muy buen nivel de francés".
Tampoco le fue fácil a Iguácel Mateos, de 29 años. Ella se trasladó desde la Complutense hasta Atenas para realizar la especialidad de Pintura en la carrera de Bellas Artes. "Yo no sabía griego y me tenía que entender en inglés, pero algunos profesores no sabían hablarlo...", cuenta.
Cada universidad que participa en el programa Erasmus debe acordar con otros centros de educación superior europeo qué materias podrán convalidar sus alumnos.
Los estudiantes se matriculan en su universidad de origen. Una vez que llegan a la extranjera acuerdan con el coordinador qué materias cursarán, si es que no lo han hecho antes de partir.
La residencia deben buscársela ellos, aunque la mayoría de universidades dispone de una Oficina Erasmus, que orienta a los jóvenes dónde pueden encontrar una vivienda o habitación para alquilar.
Una de las claves del éxito del programa Erasmus es el boca a boca entre los estudiantes que han participado. "La experiencia, en el 99% de los casos, suele ser muy buena, y cuando llegan a España se lo cuentan a sus compañeros", señala el técnico de la oficina de programas internacionales de intercambio de la Politécnica de Valencia José Segarra.
Además, los alumnos que han cursado un Erasmus son cada vez más valorados por las empresas. "A la hora de contratar, muchas compañías tienen en cuenta el hecho de que un joven haya cursado asignaturas en universidades prestigiosas de Europa y que haya sido capaz de manejarse en otro idioma", asegura el vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad Carlos III,
Ángel Llamas.
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