Mas títulos de los necesarios
El encabezamiento corresponde a un titular de EL PAÍS (Negocios, pág. 44, 5-IX- 2004) que informaba de un estudio de Comisiones Obreras (CC OO) cuyo resumen el periodista destacaba con una contundencia que debería haber encendido todas las alarmas en la Universidad: "España es uno de los países europeos con más proporción de universitarios y mayor tasa de paro entre los jóvenes". He esperado la reacción de los rectores españoles reunidos por aquellas fechas en Santander, y hoy la conozco: ninguna.
Aunque los rectores no quieran referirse a esta realidad y los que vivimos de y en la Universidad miremos para otro lado, sin entrar en el problema en contra de una supuesta condición de intelectual informado, la sociedad ya se ha pronunciado y lo ha hecho en la línea del diagnóstico de CC OO. A lo largo y ancho de las universidades, nacidas tan alegremente en los últimos años en este país, donde las comunidades autónomas han sido las grandes responsables (¿se acuerdan de la Miguel Hernández?), este año ingresarán en la Universidad un 7% menos de estudiantes que el año pasado (les aseguro que no lo explica la simple caída demográfica). En muchos cursos de primero el número de nuevos alumnos que realmente seguirán el curso será bastante inferior al de los profesores que forman sus departamentos. Una gran cantidad de facultades y escuelas supuestamente consolidadas presentan a fecha de hoy titulaciones con sólo tres o cuatro docenas de nuevos matriculados, a la espera de la inevitablemente escasa cosecha de las pruebas de septiembre.
¿Qué hacer? Por el momento, reconocer el problema por parte de los rectores; a continuación ponerse a ver los excesos que hemos ayudado a cometer entre todos en materia de uso de recursos públicos; luego tratar de acotar con algún criterio defendible lo que es investigación solvente y docencia de calidad en nuestro entorno, dando una oportunidad a las nuevas generaciones, y a continuación... poner las barbas a remojar, al ver lo que pasa en otros países y en otros sectores (los astilleros por ejemplo).
Mientras, seamos coherentes y el gremialismo no haga que nos carguemos lo que la Unión Europea y el Ministerio de Educación tratan de poner en marcha: una lista razonable de títulos de grado (3 o 4 años) con validez profesional en toda Europa, para que luego el que quiera, sepa y lo necesite pueda seguir camino del master y del doctorado. Es evidente que no podemos vivir con casi 200 títulos como estamos haciendo en estos momentos y es justo que cuando un joven salga de la Universidad, en palabras del anteproyecto, lo haga con unos estudios con "relevancia del título para el desarrollo del conocimiento y para el mercado laboral español y europeo" y que "no procederá establecer un título universitario oficial de grado cuyos contenidos formativos coincidan sustancialmente con los de otro título oficial". Realmente hablamos de nuestros hijos.
Gregorio Martín es catedrático de Ciencias de la Computación de la Universitat de València.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.