Historias argentinas

Tres películas en la sección oficial, cuatro en las diferentes subsecciones de Zabaltegi y hasta seis en Horizontes Latinos: he aquí el balance de la presencia del cine argentino en el festival donostiarra 2004, un año en el que, a pesar de la crisis económica, parece estar resultando de los más prolífico de este agitado comienzo de siglo. Y por esos azares que los programadores festivaleros miman tanto, ayer fue un día en el que abundaron las historias rioplatenses, dos de ellas, Cama adentro, ópera prima de Jorge Gaggero, y Nietos (identidad y memoria), de Benjamín Ávila, incluidas en Zabaltegi.

A su peculiar manera, ambas hablan del pasado, del presente y dejan abierta una puerta hacia el futuro. Una, Cama adentro, es una comedia situada en leve pretérito, en los tiempos en que, con el dinero secuestrado legalmente en el célebre y malhadado corralito bancario, burgueses y pueblo llano se las ingeniaban para salir adelante y, al mismo tiempo, para dar rienda suelta a su justo cabreo. La otra, un documental estricto, habla de esas víctimas inocentes de la dictadura militar que fueron los niños secuestrados prácticamente desde el vientre de sus madres presas, sólo encontrados muchos años después, en una proporción todavía ínfima, por unas Abuelas de Plaza de Mayo heroicas en su empeño.

Cama adentro, sobrio recital interpretativo de dos grandes actrices, Norma Aleandro y Norma Argentina, cuenta el día a día más o menos sadomasoquista, aunque con muchas dosis de comprensión y aguante, de una burguesa venida a menos (una muy creíble Aleandro) y de su humilde criada, quien, a pesar de no cobrar el sueldo, se las apaña para ir soportando a una patrona que cada día entiende menos el mundo en el que le tocó vivir.

Duelo minimalista

Sin alharacas, pero también sin disimular en ningún momento que sabe muy bien que la credibilidad de su propuesta se juega sobre todo en el terreno interpretativo, Jorge Gaggero deja a sus actrices campar a sus anchas, y el resultado es una comedia amable, con las justas dosis de mala uva como para hacerla creíble. Un duelo minimalista del que salen bien paradas las máximas oficiantes; y aunque no pasará a los anales de la mejor comedia argentina, contiene valiosos detalles de cotidianidad de aquellos días no tan lejanos.

En cuanto a Nietos (identidad y memoria), hay que consignar algunos apuntes rápidos. Uno, que se trata de un documental clásico, de los que mezclan entrevistas en presente con materiales de archivo. Otro, que no oculta jamás desde dónde habla, desde la admiración, tan compartible, por la gesta de las Abuelas de Mayo y por la peripecia de quienes descubrieron, un buen día, que no eran quienes creían ser. Otro, en fin, que debe todo lo que es a la impresionante fuerza emocional que el tema conlleva, con sus múltiples aristas, su conflicto ético, su apabullante actualidad. Es emocionante hasta las lágrimas; y sirve para recordar que el tema de los hijos de desaparecidas está hoy tan candente como en los últimos 10 o 15 años.