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Solbes eleva al 1,81% el déficit del Estado al asumir la deuda de Renfe

Las obligaciones de 2004 pueden incluir el pago de 250 millones derivados del 'Prestige'

Lucía Abellán

El Gobierno ha decidido que los números rojos de Renfe se reflejen en las cuentas públicas este mismo año. Esa medida, junto a la asunción de otras deudas heredadas de la Administración del PP, elevará el déficit del Estado (sin Seguridad Social ni comunidades) al 1,81% del producto interior bruto (PIB), equivalente a 14.270 millones de euros, cuando al principio estaba previsto el 0,4%. Este déficit se verá compensado en parte por el superávit de la Seguridad Social, que rondará el 1%, con lo que para todas las Administraciones el déficit puede superar el 0,5%.

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La diferencia entre ingresos y gastos de las administraciones centrales va a pasar de un desequilibrio del 0,4% del PIB registrado en 2003 al 1,81% que se prevé para 2004. El vicepresidente y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, trató de dejar claro ayer en el Congreso que ese aparente deterioro de las cuentas públicas responde sólo al reconocimiento de compromisos que debía haber reflejado la administración anterior y que el actual Ejecutivo ha decidido asumir.

Hasta su intervención ayer ante la Comisión parlamentaria de Economía y Hacienda, el déficit del Estado ascendía al 1,12% del PIB (resultado de sumar al déficit previsto el pago a Andalucía, diversos ajustes contables, el déficit de RTVE y un crédito a Argentina avalado por el Estado). A esas cantidades no presupuestadas inicialmente se le añadirá ahora Renfe. Queda para ejercicios posteriores abordar las inversiones ferroviarias realizadas a través del GIF, que no computan como déficit, y los riesgos que emanan de la creación de sociedades estatales de agua. De incluirlas en el déficit, sumarían otro 0,24%. Solbes descartó también medidas concretas para asumir el déficit sanitario de las comunidades autónomas.

Respecto a Renfe, el Ejecutivo llevaba semanas pensando cómo computar su deuda, que asciende a 7.300 millones de euros. Ante la disyuntiva de incluirla toda en el déficit, con el riesgo de dispararlo, o contabilizarla de otro modo se ha optado por la primera solución, al asumir casi la totalidad: 3.659 millones correspondientes a la deuda histórica más otros 1.800 asociados a la adquisición de infraestructura. Estas cantidades implican inyectar un 0,69% más al déficit del Estado. Lo único que se queda Renfe es la deuda asociada a la compra de trenes, pues se entiende que forma parte de sus activos.

Competir sin lastres

Ante las críticas del Partido Popular, Solbes argumentó que la liberalización ferroviaria, que convertirá a Renfe en un operador más del mercado, exige despojar a la empresa de su deuda histórica para que compita sin lastres. "Renfe no puede funcionar si no se soluciona la deuda", indicó el vicepresidente.

La mayor parte de los compromisos reconocidos en las cuentas de 2004 no requieren desembolso económico, simplemente computar las operaciones como déficit. Sin embargo, hay dos operaciones para las que sí será necesario, por lo que se aprobará un crédito extraordinario. La primera es el pago de 2.500 millones de euros a Andalucía (resultante de la liquidación del anterior sistema de financiación autonómica, que atribuyó a la comunidad menos población de la real). A esto se le une un pago de 109 millones de euros pendiente de la venta de Santa Bárbara, empresa pública de armamento, a la estadounidense General Dynamics, según explicó ayer una portavoz del Ministerio de Economía.

Respecto al Prestige, Solbes reprochó al anterior Gobierno no haber incluido en los Presupuestos de 2004 ninguna partida para pagar las indemnizaciones, estimadas en 324,5 millones de euros. De esa cantidad, 75 millones ya se han financiado, pero el resto está sin presupuestar. El Ministerio de Economía aclara que, de ser necesario en este ejercicio (aún no está claro en qué momento se exigirá el pago de las ayudas), se podría asumir a través del fondo de contingencia. Este instrumento del Presupuesto, que permite hacer frente a gastos inesperados, tuvo en 2004 una dotación de 2.345,2 millones de euros, de los que aún quedan por utilizar 856,74.

Todo ese volumen de déficit hasta ahora reconocido quedará en buena parte compensado (sólo a efectos contables) con los datos de la Seguridad Social y de las comunidades. Economía espera que, al igual que el año pasado, la Seguridad Social tenga un mejor comportamiento del previsto (por encima del 1% del PIB) y permita reducir la cifra final de déficit al entorno del 0,5%.

Además de las cifras de 2004, el ministro anunció cambios que fomenten la transparencia de las cuentas públicas. Así, los Presupuestos tendrán que incluir en un anexo los compromisos de gasto adquiridos con cargo a ejercicios futuros, así como los avales del Estado. También las empresas públicas deberán informar de sus planes de inversión y endeudamiento previstos, para poder calibrar los riesgos de déficit futuro, entre otras medidas.

Pedro Solbes (izquierda) saluda al ex secretario de Estado de Energía José Folgado antes de su intervención.
Pedro Solbes (izquierda) saluda al ex secretario de Estado de Energía José Folgado antes de su intervención.EFE

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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