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ELECCIONES EN ALEMANIA

Las elecciones de Sajonia y Brandeburgo miden el desencanto de la Alemania del Este

El partido ultraderechista NPD entrará en el Parlamento sajón, según los sondeos

Las elecciones que se celebran hoy en los Estados federados de Sajonia -con un censo de 3,57 millones de electores- y Brandeburgo -2,13 millones- supondrán, según los sondeos, una nueva fuerte derrota del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) del canciller Gerhard Schröder, pero también de la oposición democristiana (CDU). La demoscopia asegura que el Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD), ultraderechista y con elementos neonazis, entrará en el Parlamento de Sajonia. La análoga Unión del Pueblo Alemán (DVU) conservaría sus escaños en Brandeburgo.

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Las elecciones de hoy, tras casi dos meses de protesta contra los recortes sociales que pretende llevar adelante el Gobierno de coalición de centro-izquierda del SPD con Los Verdes, servirán de barómetro para medir el alcance de la bronca y el desencanto en los Estados del este de Alemania cuando se aproxima el decimoquinto aniversario de la caída del muro de Berlín. Según todos los indicios demoscópicos, los llamados extremistas de izquierda, los poscomunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS), y la ultraderecha, el NPD y la DVU, serán los ganadores.

Las dos fuerzas sobre las que se asienta la estabilidad política de Alemania, la socialdemocracia (SPD) y la democracia cristiana (CDU), saldrán castigadas por el voto de protesta expresado en las urnas. También se teme que se produzca una elevada abstención electoral, similar a la de hace dos semanas en Sarre, donde sólo votó un 55% del censo. Esta cifra, inusitada en Alemania, es una de las más bajas que se recuerdan en unas elecciones al Parlamento de un Estado federado. La abstención beneficia a los partidos minoritarios, en especial a los poscomunistas del PDS, que cuenta con unos votantes muy disciplinados, y también a los ultraderechistas, que necesitarán menos votos para superar la barrera del 5% exigida para entrar en los parlamentos de Sajonia y Brandeburgo.

Se puede dar la casi perversa situación de que, tras el cierre de las urnas esta tarde a las 18.00, los electores de lo que fue la dictadura prusiano-estalinista den un balón de oxígeno al PDS, partido heredero del desaparecido régimen. Esta formación sufrió en las elecciones federales de septiembre de 2002 una derrota aparentemente decisiva al no entrar en el Parlamento federal (Bundestag) por no llegar al 5% de los votos.

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Auge de la ultraderecha

Para mayor inri, sobre el mismo territorio donde el antifascismo era una de las bases ideológicas del régimen comunista, los electores pueden llevar hoy al Parlamento de Sajonia a un NPD que desde el año 1968 no había conseguido superar ni una sola vez la barrera del 5%. Y de propina, dejar en sus escaños de Brandeburgo a la DVU, un partido ultradere-chista que en las pasadas elecciones logró un 5,3% y colocó en el Landtag a cinco diputados -que resultaron ser unos personajes por completo impresentables-. El NPD, la DVU y los Republicanos, las diversas familias de la ultraderecha alemana, han pactado repartirse las tareas y presentarse a los comicios de hoy cada uno por separado en sus feudos: el NPD en Sajonia y la DVU en Brandeburgo. Esto aumenta sus expectativas de voto.

Se vota hoy en dos Estados del Este cuyo electorado se caracteriza por el alto grado de labilidad. Fue el este de Alemania el vivero de votos que dio a Schröder el mínimo triunfo que le permitió seguir al frente del Gobierno federal en septiembre de 2002. En aquella ocasión, la reacción ante las inundaciones del Elba y la postura contraria a la política belicista de Estados Unidos hacia Irak inclinaron la balanza a favor de Schröder y su coalición SPD-Los Verdes.

Ahora, la que un día fue la República Democrática Alemana se siente especialmente perjudicada por los planes de recortes sociales de Schröder y su Gobierno. Además, los electores del Este parecen haber tomado conciencia de que la democracia cristiana (CDU) también tiene mucho que ver con los recortes, tras haberles dado su visto bueno en la Cámara alta, el Consejo Federal (Bundesrat), donde cuenta con mayoría. Ante esta situación, los desengañados, los que se consideran perdedores del cambio experimentado en Alemania tras la caída del muro, los parados de larga duración que a partir del 1 de enero se verán relegados a la condición de perceptores de ayuda social, los desencantados de toda política optan por no acudir a las urnas o votar por los partidos que consideran más opuestos al sistema.

Sajonia y Brandeburgo presentan características diferentes. Sajonia, con 4,5 millones de habitantes (algo menos que la provincia de Barcelona) y 18.400 kilómetros cuadrados (algo más que la de Zaragoza), es el alumno modelo entre los nuevos Estados alemanes. En Sajonia se establecieron algunas de las fábricas punteras de la industria alemana. La CDU gobierna en Sajonia con abrumadoras mayorías absolutas desde la reunificación. Su antiguo primer ministro Kurt Biedenkopf (CDU) ganó las pasadas elecciones en 1999 con casi un 57% de votos y se le conocía por el mote de El Rey Kurt de Sajonia, pero dimitió del cargo en enero de 2002 por las críticas crecientes a su estilo de gobierno. Su sucesor, el economista de 59 años Georg Milbradt, no conseguirá un resultado similar. Los sondeos pronostican a la CDU una pérdida cercana al 10% de votos que le puede costar la mayoría absoluta en el Landtag de Sajonia, según el número de partidos que consigan entrar.

Brandeburgo tiene unas dimensiones similares a Galicia, con 29.500 kilómetros cuadrados y 2,6 millones de habitantes. En este Estado gobierna una gran coalición SPD-CDU con un popular primer ministro socialdemócrata, el ingeniero de 50 años Matthias Platzeck, que se presenta en los pasquines como "Uno de los nuestros" y trata de disimular con letras pequeñas que pertenece al SPD. Los sondeos pronostican al SPD otro nuevo vapuleo en torno al 10%. Las dimensiones del varapalo se advierten si se considera que hace 10 años el SPD consiguió un 54,1% de votos y ahora se aproxima a la mitad, disputándose con los poscomunistas del PDS la condición de primera minoría.

Pero algo tienen en común Sajonia y Brandeburgo: un porcentaje de paro en torno al 20%. En esta cifra reside la explicación de muchos de los resultados de esta tarde.

El candidato del SPD, Matthias Platzeck, reparte rosas en Potsdam (Brandenburgo) el viernes.
El candidato del SPD, Matthias Platzeck, reparte rosas en Potsdam (Brandenburgo) el viernes.REUTERS

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