"El núcleo duro del NPD son neonazis y racistas"

El catedrático de Ciencia Política Werner Petzelt recibió a EL PAÍS en su despacho en la Universidad Técnica de Dresde.

Pregunta. ¿El NPD (Partido Nacional Democrático de Alemania) es neonazi?

Respuesta. El núcleo duro del NPD son neonazis y racistas que ven el periodo nazi como uno de los puntos culminantes de la historia alemana. Alrededor hay una segunda capa de gente que piensa que Alemania necesita un partido nacional de derecha. En torno a ese círculo, jóvenes atraídos por su retórica nacionalista. La capa externa son las masas que este fin de semana lo van a catapultar hacia arriba; lo votan como un partido normal de protesta.

P. ¿Cómo se explica la pujanza del NPD en el territorio de la antigua RDA (República Democrática Alemana), que tenía el antifascismo como bandera?

R. El antifascismo de la RDA era forzado, era uno de los grandes mitos de su fundación. Al ser antifascista no se tenía ninguna culpa o responsabilidad por el nazismo. Tampoco se puede perder de vista que el sistema autoritario de la RDA era una prolongación de los modelos autoritarios básicos de la historia y la cultura alemanas. Hoy día en algunas partes de los nuevos Estados federados la derecha ha conseguido crear redes y estructuras que alcanzan sobre todo a los jóvenes. Ahora, la posibilidad de expresar la protesta de forma más intensa se articula a la derecha. El PDS (Partido del Socialismo Democrático, poscomunista) no se ve como un partido radical.

P. ¿Existe una decepción con la democracia?

R. No se puede hablar de decepción sobre los valores básicos de la democracia, pero "democracia" tiene un sonido diferente en el este y el oeste de Alemania. En el Este, democracia suena mucho a seguridad y justicia social.

P. ¿Hay nostalgia de la RDA?

R. Hay una nostalgia forzada, es algo actuado, no real. La RDA, con su escasez y la represión, no la quiere nadie de vuelta, pero, como irrita tanto a los alemanes del oeste, se celebra una cierta nostalgia. Tiene algo de provocación.

P. ¿Estamos lejos de la República de Weimar?

R. Sí, lejos, pero no podemos olvidar que las encuestas muestran que en los nuevos Estados hay una polarización de la actividad política.