El presidente de la patronal afirma que la gestión del tripartito de izquierdas es "correcta"

El Gobierno tripartito de las izquierdas catalanas ha logrado darle la vuelta en ocho meses a una de las más explícitas oposiciones con que se enfrentó durante su complicada gestación, la de la patronal. Eso es lo que cabe concluir del juicio emitido ayer por el presidente del Fomento del Trabajo Nacional, Juan Rosell. "El balance del tripartito es correcto", afirmó Rosell después de negar con vehemencia que durante la campaña electoral se hubiera manifestado en contra de la entrada de Esquerra Republicana (ERC) en el Gobierno de la Generalitat.

Rosell, que es también vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), tuvo ayer una reunión de un par de horas en la sede de Fomento con el presidente del grupo parlamentario de Esquerra Republicana (ERC), Joan Puigcercós, para intercambiar opiniones y propuestas sobre el proyecto de presupuestos del Estado para 2005.

Tras este encuentro, que fue muy cordial y del que ambas partes salieron satisfechas, Rosell afirmó en conferencia de prensa que el balance del Gobierno tripartito presidido por Pasqual Maragall "es correcto". Agregó que el acuerdo para la internacionalización y la competitividad de la economía catalana, firmado por las patronales y los sindicatos bajo el impulso del Gobierno de la Generalitat, "es bueno". Y subrayó que el consejero de Economía, Antoni Castells, les mantiene "informados" sobre sus proyectos, en una relación de calificó de "normal".

Aunque Rosell señaló también que "el momento de hacer balance será cuando se aprueben los presupuestos" de la Generalitat, su opinión es particularmente significativa porque proviene de un dirigente patronal que en el otoño de 2003 sostuvo que ERC no estaba "madura" para acceder al Gobierno.

Los candidatos de ERC convirtieron entonces a Rosell en uno de los protagonistas de sus mítines electorales, en los que le presentaron como un paradigma de los dirigentes patronales afines a lo que denominaban "la coalición PP-CiU", que aspiraban a sustituir en el Gobierno catalán.

Aquella animosidad parecía haber desaparecido ayer, tras la reunión entre Rosell y Puigcercós, en la que participaron también Joan Pujol y Joaquim Gay, por la patronal, y los diputados de ERC Josep Huguet y Sergi de los Ríos. Rosell y Puigcercós coincidieron en que Cataluña debería "recuperar" el terreno perdido en materia de grandes infraestructuras hasta situar su montante en una proporción similar a la de su población o su aportación al PIB español.

Los republicanos han propuesto a la patronal y los demás partidos catalanes un acuerdo sobre las prioridades en las peticiones que formular al Gobierno central para ser incluidas en los presupuestos de 2005. En la lista destacan las inversiones en puertos, aeropuertos, carreteras y ferrocarril convencional. Puigcercós hablaba del desdoblamiento de la carretera N-II entre Barcelona y Francia, y Rosell se refería al desdoblamiento entre Malgrat y Francia, pero pese a ello ambos afirmaban que estaban de acuerdo.

Puigcercós mostró su "preocupación" por la falta de concreciones en la negociación del proyecto de presupuestos de 2005 con el Gobierno central. No obstante, no cargó sólo a éste la responsabilidad del retraso. Dijo también, varias veces, que el Departamento de Política Territorial no ha facilitado al grupo parlamentario de ERC la lista con las prioridades para inversiones en obras públicas que se deben incluir en los presupuestos del Estado.

Por su parte, Rosell acogió encantado las propuesta de ERC para dar más libertad de amortización a las empresas y para que las pymes puedan reinvertir.