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El Museo Guggenheim enseña un 'picasso' oculto

El pintor tapó una escena de cancán con 'Rue de Montmartre'

Un picasso que jamás verá la luz. Eso es lo que expone desde ayer el Museo Guggenheim de Bilbao en Un Picasso escondido, que descubre gracias a los rayos X una composición completa de los primeros años del pintor malagueño sobre la que luego realizó su Rue de Montmartre (1900). El cuadro escondido refleja el mundo del cancán y la vida nocturna parisiense que cautivaron al pintor a su llegada a París en 1900.

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"Es el sueño de cualquier conservador de arte moderno, como un milagro". Así definió William Shank, ex conservador jefe del Museo de Arte Moderno de San Francisco (EE UU) y comisario de la muestra que presenta el Museo Guggenheim hasta el próximo 13 de noviembre, el hallazgo de un cuadro de Picasso escondido tras uno de sus primeros lienzos. "Un descubrimiento como éste es algo con lo que sueñas en mi profesión. Sin embargo, aunque no es infrecuente en el arte de siglos anteriores, en el caso del arte moderno las oportunidades son escasas". El cuadro escondido recuerda mucho a otro trabajo de Picasso de la misma época, Le Moulin de la Galette.

La exposición se dispone en dos estancias contiguas de la primera planta del museo. En el primer espacio se muestran los cuadros conocidos, Rue de Montmartre y Le Moulin de la Galette, dos lienzos pintados en 1900, con una diferencia de dos meses, por un Picasso de 19 años fascinado por París.

Junto a ellos se presenta también correspondencia del pintor con familiares y amigos durante esa época y el libro de bocetos que usaba entonces. Como este documento es delicado, se exhibe protegido y un vídeo muestra el contenido de cada página. En la segunda estancia se ha situado el picasso escondido. La sala se ha ordenado de forma didáctica en torno a la transparencia con el cuadro hallado, que ha sido reproducido en sus colores originales usando técnicas de Rayos X y trasladando la información a un ordenador con el programa Photoshop. "No es usual que un artista pinte un cuadro encima de otro ya terminado, sin borrar el anterior", afirma Shank, quien aventura que "posiblemente" esta imagen constituya la primera pintura que realizó Picasso con el tema del cancán. A su alrededor, diversos paneles muestran, primero, cómo se descubrieron los colores al óleo bajo el original agrietado. Otros paneles señalan la posición de las figuras definitivas sobre el óleo original, y las figuras ocultas situadas en Rue de Montmartre. También se relaciona la obra escondida con otros dos trabajos de Picasso: El diván (1899) y Cancán francés (de 1900 y fechado en 1901).

Según el ex conservador californiano, el pintor habría descubierto cuando realizaba el lienzo oculto que el tema daba más de sí. Así que, con sus motivos (un club nocturno abarrotado con una actuación de bailarinas de cancán) decidió hacer dos nuevas obras: una, con el ambiente del club, Le Moulin de la Galette, en la que, al no haber ya actuación, los espectadores bailan entre sí, y otra con las bailarinas de cancán, ambas de mayores dimensiones que la primera (Le Moulin es casi cuatro veces más grande que Rue de Montmartre) y con nuevos elementos. Sobre el primer lienzo, Picasso pintó entonces otro motivo, una calle conocida, quizá "por indicación de su galerista", ya que así resultaba "más fácilmente vendible".

Para Shank, la imagen que surge debajo de Rue de Montmartre es "mucho más interesante" que éste, "uno de los mejores picassos de esta época temprana". A lo largo de su vida, el pintor malagueño "jugó constantemente a reconvertir las imágenes previamente pintadas", un hombre se convertía en una mujer, y, una mujer, en una guitarra. Pero éste "es uno de los primeros ejemplos de esta metamorfosis" característica de Picasso.

Transparencia del <i>picasso</i> oculto tras <i>Rue de Montmartre,</i> en el Museo Guggenheim.
Transparencia del picasso oculto tras Rue de Montmartre, en el Museo Guggenheim.SANTOS CIRILO

Congreso de conservadores

El Museo Guggenheim ha hecho coincidir la inauguración de Un Picasso escondido con un congreso de conservadores de arte que se celebra esta semana en el Palacio Euskalduna de Bilbao, y que ha organizado el propio museo. El XX Congreso del Instituto Internacional para la Conservación del Patrimonio Histórico y Artístico (IIC) contará con la presencia de 40 especialistas de instituciones internacionales como el Guggenheim de Nueva York, el MoMA, la Tate de Londres, el Art Institute de Chicago o el Doerner-Institut de Múnich, quienes departirán sobre distintos aspectos de la conservación de obras de arte. El Guggenheim quiere así reconocer la labor "fundamental", como la calificó ayer el director del museo bilbaíno, Juan Ignacio Vidarte, de los restauradores de arte.

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