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El Gobierno aborda su primer Presupuesto con un déficit heredado del 1,5% del PIB

El Ejecutivo aplaza para el año próximo la solución de las deudas de Aena y RTVE

Lucía Abellán

El Gobierno socialista presentará a finales de este mes sus primeras cuentas propias, los Presupuestos de 2005. Pero antes, el Ejecutivo ha decidido enmendar las heredadas del PP y reconocer como gasto partidas hasta ahora no reflejadas en el déficit. Todos estos retoques malogran el equilibrio presupuestario que previó la anterior Administración y elevan el déficit del Estado (sin comunidades ni Seguridad Social) a cerca del 1,5% del producto interior bruto (PIB). El déficit sería aun mayor si se asumieran las deudas de Aena y RTVE, que el Gobierno ha decidido aplazar para el año próximo.

El Gobierno socialista presentará a finales de este mes sus primeras cuentas propias, los Presupuestos de 2005. Pero antes, el Ejecutivo ha decidido enmendar las heredadas del PP y reconocer como gasto partidas hasta ahora no reflejadas en el déficit. Todos estos retoques malogran el equilibrio presupuestario que previó la anterior Administración y elevan el déficit del Estado (sin comunidades ni Seguridad Social) a cerca del 1,5% del producto interior bruto (PIB).

El Gobierno está ultimando el modo de repartir las cargas económicas correspondientes a ejercicios anteriores para comenzar el año con el menor lastre posible en las nuevas cuentas. Hasta el momento, y con las decisiones ya adoptadas, la diferencia entre ingresos y gastos del Estado (sin contar con comunidades autónomas y ayuntamientos ni con la Seguridad Social) se acercarán este año al 1,5% del PIB. El desglose es el siguiente. El Ejecutivo ha decidido afrontar este año el pago pendiente a Andalucía fruto de la liquidación del anterior sistema de financiación autonómica, que le atribuyó menos población de la real. Por este concepto se le entregarán 2.500 millones de euros (0,32% del PIB) con un crédito extraordinario que se aprobará a través de un real decreto en las próximas semanas, según Hacienda.

Además de esa partida, que no genera carga para ejercicios posteriores, pues se paga de una sola vez, se asumirán 2.750 millones correspondientes a ajustes contables no detallados y no incluidos en la estimación inicial de déficit. También se añaden los números rojos de Radiotelevisión Española (más de 630 millones de euros) que Bruselas ha obligado a incluir en los Presupuestos, así como un aval del Estado a un crédito de 260 millones concedido a Argentina. Todas estas partidas suman un 0,78% del PIB, que se añadiría al 0,4% ya previsto cuando se elaboraron las cuentas de 2004 y que el nuevo Gobierno ha mantenido.

No acaban ahí las herencias para el Presupuesto de este año. El Gobierno ha decidido asumir casi el 80% de la deuda de Renfe, aunque aún está por ver cómo lo reflejará en las cuentas. Es seguro que los 1.800 millones de euros asociados a la contratación de infraestructura irán directamente a engrosar el déficit. Para los 3.800 restantes se barajan dos hipótesis. O sumarlos directamente al déficit, lo que dispararía a cerca del 2% la cifra final de la administración central, o camuflarlos a través de un organismo autónomo que permita no computar esa losa histórica como déficit. Lo que no hará Hacienda será trocear esos 3.800 millones correspondientes a la deuda histórica de Renfe, aseguran desde el ministerio.

Frente a la urgencia por abordar este mismo año las cargas financieras de Renfe, el Gobierno ha decidido postergar otra de las partidas que amenazan el equilibrio de las cuentas a largo plazo: Aena, el organismo gestor de los aeropuertos, que arrastra una deuda superior a los 6.000 millones de euros. También queda pendiente poner fin a la sangría de Radiotelevisión Española, que acumula un pasivo de unos 6.600 millones de euros. El Ejecutivo no aplicará ninguna medida hasta que no se pronuncie el comité de sabios que en la actualidad estudia el futuro del ente público.

Desacuerdo del PP

Asumir esas partidas este año posiblemente le reportará al nuevo Gobierno la amarga experiencia de tener que presentar déficit en un ejercicio para el que el anterior Ejecutivo del Partido Popular previó con equilibrio. Sin embargo, esta estrategia permite imputar esas partidas a una gestión anterior y empezar de cero con unas cuentas más limpias.

Precisamente esta idea de intentar achacar los números rojos a los anteriores inquilinos de Economía y Hacienda molesta al Partido Popular. La ex secretaria de Estado de Presupuestos Elvira Rodríguez precisa que los principales lastres del Presupuesto no provienen exclusivamente de la gestión del PP, sino que se han arrastrado durante años, como ocurre con la deuda histórica de Renfe. "Es muy cómodo decir que todo esto es imputable a la gestión anterior", ironiza Rodríguez. La ex responsable del Presupuesto asegura que lo importante no es asumir la deuda en las cuentas, sino gestionarla de forma eficaz y lanza a los socialistas dos peticiones: "Que se haga con transparencia y que no se culpe al Gobierno anterior".

En cualquier caso, el Ejecutivo confía en que la buena marcha de la Seguridad Social permita obtener un mejor resultado del presupuestado (un superávit del 1% o incluso superior en lugar del 0,7% previsto) y así, con la ayuda de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, obtener una cifra final de déficit que no resulte demasiado abultada.

No obstante, una vez cerrado el ejercicio actual, las dificultades no habrán hecho nada más que empezar. Todos los ministerios demandan una gran cantidad de recursos para acometer los numerosos proyectos comprometidos en el programa electoral. Y los recursos no alcanzan para todos. En primer lugar, porque hay muchos compromisos de gasto hipotecados, por ejemplo, en el Ministerio de Fomento. Pero, además, lo ambicioso del programa electoral obliga a hacer más desembolso del posible. De todas las labores por hacer, las únicas partidas blindadas son investigación y desarrollo, que tendrá un incremento de presupuesto del 25%, vivienda, pensiones, becas y los compromisos adquiridos para luchar contra la violencia machista. El resto tendrá que conformarse con lo que permitan las directrices del equilibrio presupuestario.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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