"Hace falta programar la producción"
Delineante proyectista, Juan Vicente Safont nunca ha cortado el cordón umbilical que le une a la actividad agraria. Desde el año pasado preside Anecoop, cooperativa hortofrutícola de segundo grado fundada en 1975 y que en la actualidad cuenta con 101 cooperativas asociadas en seis autonomías y una red comercial en otros tantos países europeos. Exporta el 83% de sus ventas. Anecoop, que facturó el año pasado 400 millones de euros, un 7% más, no limita su actividad a la comercialización sino que toca también la industrialización y ya ha dado su primer paso en la producción agraria con el 25% de la sociedad Nature, en Andalucía. También proyecta en territorio valenciano una planta de cuarta gama.
"Nuestro objetivo es posicionarnos con productos de más calidad en los mercados en crecimiento, como los países del Este"
Pregunta. El año pasado Anecoop puso en marcha el grupo empresarial junto a otras 12 cooperativas. Un inicio modesto
Respuesta. No, la previsión era seis o siete cooperativas. Para empezar la cifra está bien aunque el plan estratégico sobre la progresión del grupo indica la incorporación de dos cooperativas más por año durante los próximos cinco.
P. ¿Debe avanzarse con más decisión en esta línea?
R. Hay que avanzar en todas las líneas. El grupo es una fórmula más de integración de cooperativas. Trata de eliminar problemas que hemos visto en otras fórmulas de integración, mantiene la independencia social de las cooperativas, pero toda la actividad empresarial y económica pasa al grupo.
P. Haga una proyección a dos años vista
R. Preveo la entrada de hasta cuatro cooperativas más y una integración empresarial más compacta con un sistema de facturación, clasificación de fruta y liquidación comunes y una presentación homogénea.
P. ¿En qué palo, producción, comercialización o industrialización, cree que hay más camino por delante?
R. Son palos diferentes pero ligados. Todos tienen ventajas e inconvenientes. En la industrialización, está el inconveniente de la competencia china con la satsuma en conserva. Vamos a ver si la cláusula de salvaguardia frena esto, pero, por otro lado, está la línea de zumo natural que funciona muy bien. En la comercialización, la principal cuestión por la que se fundó Anecoop, seguiremos orientando al agricultor en técnicas, cultivos y variedades.
P. ¿Cómo afectan acuerdos con países como Marruecos?
R. Como una competencia más. En algunos productos son competencia en precio, que afecta pero no tanto porque nuestra lucha está en la calidad y el servicio. En otros, como el tomate, lo que marca es el precio y ahí los marroquíes tienen las de ganar. Y en otros, como los cítricos, nos defendemos bien.
P. ¿Está saturado el mercado europeo?
R. No, lo que hay a veces son aglomeraciones puntuales. Hace falta programar la producción. La misma producción programada evitaría aglomeraciones que a veces se producen y el colapso del mercado. Y conforme los países que se han incorporado a la Unión Europea tengan más poder adquisitivo hay mercado.
P. En junio abrieron un almacén en Polonia que proyectan como plataforma de entrada a los nuevos socios europeos
R. En Polonia estamos desde hace cinco años con oficinas y almacén alquilados. Por su situación, con 40 millones de habitantes, y su ubicación, fronteriza con seis países y abierta al Báltico, decidimos hace dos años consolidarnos con una plataforma de distribución.
P. ¿Cuál será el siguiente paso para posicionarse en los mercados en crecimiento?
R. Posicionarnos con productos de más calidad. Hasta ahora lo que se está haciendo para los países del Este son calibres pequeños o de descarte de lo que era la exportación a los países clásicos como Alemania, Reino Unido o Francia.
P. ¿Qué otros proyectos tienen sobre su red comercial?
R. En Holanda, donde ya teníamos instalaciones a través de una empresa participada, se han hecho instalaciones nuevas. Vamos a ver el caso de la República Checa donde tenemos Anecoop Praga, una oficina y un almacén alquilado. Es un posible candidato para una plataforma de distribución. También el Reino Unido, donde tenemos una empresa participada, hay terrenos comprados. Sería un segundo almacén, más moderno.
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