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Decenas de miles de chiíes piden en Bagdad a Al Sáder que eche a EE UU

Gigantesca manifestación en protesta por la ofensiva norteamericana en Ciudad Sáder

Ramón Lobo

Decenas de miles de partidarios del clérigo chií Múqtada al Sáder tomaron ayer el barrio bagdadí de Al Kademiya. Era una protesta pacífica contra la ofensiva estadounidense en Ciudad Sáder, un inmenso arrabal chií de Bagdad. "Mahoma, protege a Múqtada; Mahoma, vence a los americanos", gritaban. La gigantesca marcha se dirigió hacia la gran mezquita del séptimo imán, Musa al Kasen, cuya muerte se conmemora hoy, para atender al rezo del viernes. Los oradores arremetieron contra la ocupación y pidieron la salida de las tropas estadounidenses.

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Banderas negras del Mahdi (duodécimo imán del chiísmo al que se aguarda como Mesías) y verdes del islam; retratos de Múqtada y de su padre Mohamed Baqr al Sáder (asesinado por Sadam en 1999) coloreaban una marcha que arrancó sobre las 11.30. Las calles adyacentes a la gran mezquita estaban tomadas por la Guardia Nacional, protegida por carros de combate estadounidenses. Un par de helicópteros observaban desde el aire. Los controles pretendían ser disuasorios Los manifestantes, de todas las edades, muchos procedentes de la paupérrima Ciudad Sáder, gritaban proclamas en favor de "los mártires de Nayaf", en referencia a la última revuelta de agosto en esa ciudad.

Abdul Husein, de 68 años, también vive en ese suburbio castigado en el régimen anterior. "He visto pasar la historia de Irak delante de mis ojos: desde el rey Faisal II hasta esta ocupación, y el único que se salva es Qasem [el general que derrocó la monarquía y estableció la República iraquí en 1958]. Él era un verdadero nacionalista; un hombre honesto que sólo tenía cinco dinares en el bolsillo el día en que fue asesinado por los baazistas". Preguntado por qué los chiíes recibieron entre vítores al Ejército de EE UU hace 18 meses y ahora lo odian, responde: "Les dimos la bienvenida como libertadores, pero pronto descubrimos que venían como ocupantes para robarnos el petróleo".

Guerra en las calles

Abdul, de 16 años, es miembro del servicio de seguridad. Dice llamarse Alí y afirma que está deseando que le alisten al Ejército del Mahdi (milicia de Múqtada) para alcanzar el paraíso. Haider, de 25 años, es un combatiente. Luchó en Nayaf y ahora guerrea por las callejuelas de Ciudad Sáder. "Nunca seremos un partido político mientras haya ocupación". Es la opinión oficial.

"En la primera revuelta de Nayaf [en la primavera] perdieron a muchos hombres, pero en la de agosto algo cambió, han demostrado más capacidad militar. No tengo pruebas, pero todo me hace pensar que ahora cuentan con instructores del antiguo Ejército", asegura un suní iraquí. Tampoco existen pruebas, pero EE UU cree que se da una sospechosa coordinación en la lucha armada entre los partidarios de Múqtada al Sáder y grupos de muyahidin de Faluya. En esa ciudad indomable al borde del desierto, a 50 kilómetros al oeste de Bagdad, y que los norteamericanos no lograron tomar en tres semanas de combates, se respeta a Múqtada porque su fin es el mismo: echar al ocupante. Los norteamericanos temen que esta cooperación convierta en una pesadilla: un levantamiento en la capital cerca de las elecciones del 2 de noviembre.

La marcha de Al Kademiya se movía entre gritos amenazadores y otros más festivos bajo la mirada de la policía iraquí. "El Mahdi apoya a su hijo Múqtada", o "los americanos tienen miedo a las fotos; nosotros, no". En el templo del imán Musa al Kasen, una muchedumbre empujaba para entrar. Guardias del Ejército del Mahdi, sin su uniforme negro y sin armas, cacheaban a la gente para evitar atentados. La mezquita, hermosa y amplia, albergó ayer la mayor demostración de fuerza popular de Múqtada (que no estuvo presente) desde hace meses.

En el interior, miles de personas; en el exterior, decenas de miles no menos exaltadas. Al concluir el rezo, en el que los clérigos arremetieron contra EE UU y el Gobierno de Ayad Alui, la Guardia Nacional, que se hallaba apostada en las calles adyacentes, abrió fuego contra un grupo que comenzó a apedrearles. Dos personas murieron.

Miles de chiíes protestan en Bagdad contra la presencia de las tropas de EE UU.
Miles de chiíes protestan en Bagdad contra la presencia de las tropas de EE UU.EFE

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