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El Banco Central apunta hacia una subida de tipos

Con una fórmula retórica que deja abierta la posibilidad de una próxima subida de tipos, el Banco Central Europeo (BCE) volvió a recalcar ayer su petición de "extremar la vigilancia" a la hora de impedir "riesgos para la estabilidad de precios". El aviso, incorporado al informe mensual de la autoridad monetaria, es similar a lo sugerido la semana pasada por el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet: todo bajo control, por el momento, pero el próximo paso es un encarecimiento del precio del dinero.

Tanto el BCE como la Reserva Federal estadounidense acostumbran a preparar con mucha antelación sus movimientos de tipos. En su ritualizada comunicación, lo primero es avisar que algo se está cociendo. Lo segundo, insinuar que la cena podría tener lugar en tales o cuales fechas. Lo último, que el plato está servido.

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Al excluir oficialmente una bajada de tipos, y evadir asimismo la pregunta sobre si la postura del BCE sigue siendo neutral, Trichet la semana pasada dio el primer paso en este proceso. Sin menoscabo de su credibilidad, de ahora en adelante en cualquier momento puede comunicar la inminencia de una subida de tipos.

Lo que aún no está claro, sin embargo, es cuándo se dará este segundo paso: mientras unos analistas apuestan por una subida en los próximos meses, otros se siguen inclinando por una fecha posterior, a lo largo del primer semestre de 2005. Al menos de manera tácita, el mismo BCE destaca que no hay prisa, ya que, según sus proyecciones, es probable que la inflación en la zona euro se reduzca el próximo año.Esto, si no se materializan lo que Trichet el jueves llamó "desagradables sorpresas" y lo que en el informe se califican como "perturbaciones extraordinarias". Siempre en primera fila: los precios del petróleo, "que podrían seguir incidiendo de manera apreciable sobre la inflación". Ayer, el crudo brent subió en torno a 1,5 dólares, hasta rozar los 42 dólares, y el west texas otro tanto, hasta superar los 44, por la caída de las reservas de crudo en Estados Unidos.

Mucho más optimista es la autoridad monetaria sobre las perspectivas de crecimiento. A contracorriente de lo que piensan algunos expertos preocupados por la continuada debilidad de la demanda privada, el BCE volvió a relativizar ayer el impacto de los altos precios del crudo sobre una actividad económica que, a su juicio, se seguirá acelerando en los próximos trimestres. Para 2004, Trichet y los suyos esperan un crecimiento en torno al 1,9%, y para 2005, del 2,3%.

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