Joselito o Belmonte

Está bien animado el inicio de temporada. A Carlos Saura le han premiado como mejor director en el festival de Montreal por su película El 7º día, que aquí pasó sin pena ni gloria. A Almodóvar, el dominical de The New York Times le ha dedicado más elogios por cada renglón que cuantos ha cosechado en España. Por su parte, Mar adentro arranca en taquilla marcando un nuevo récord del cine español, mientras espera el veredicto del jurado de Venecia, mañana. Los premios se le ven venir. A Aguirresarobe, director de la fotografía, le han dado con razón el Premio Nacional de Cine.

Ayer comenzó el festival de Toronto, en el que se estrenará la nueva comedia negra de Álex de la Iglesia, de inquietante título, Crimen ferpecto, y la semana que viene comenzará el de San Sebastián, en el que Manuel Matji será el único director español en competición con Horas de luz. El jurado de este último festival será presidido por Vargas Llosa, que tanto se ha posicionado últimamente contra la excepción cultural, y al que tanto se le ha respondido. Ojalá don Mario se topase en Donosti con Carme Chacón, que acaba de anunciar que el PSOE está preparando medidas "en defensa beligerante de nuestra diversidad cultural frente al monopolio de las grandes compañías audiovisuales estadounidenses". Sería una buena foto la de los dos. Y quizás hasta hubiese buen debate.

Los artistas del imperio también se están moviendo. Michael Moore ha preferido que su película se vea en televisión durante la campaña a que compita por el Oscar. El guaperas y no mal actor Matt Damon nos ha visitado para presentar su nuevo producto, hacer un poco de campaña contra Bush y declarar que cuanto más dinero tiene una película norteamericana, más tontorrona suele ser... Fue recibido con todos los honores, al igual que la semana pasada su compañero Tom Cruise, que, sin embargo, se ha topado en Francia con el plantón del mismísimo Chirac, que le considera miembro de una secta. Curiosamente, Chirac ha condecorado estos días a Spielberg en un acto oficial. El cotarro está, pues, muy entretenido.

No así, sin embargo, de puertas adentro, especialmente si se asiste a tertulias sobre cine. Muchos de los académicos que deben votar la película española del Oscar mantienen estos días aburridas conversaciones muy a la vieja usanza. Les secundan ciertos articulistas y hasta algún que otro crítico. ¿Es buena la película de Amenábar? Pues, en consecuencia, la de Almodóvar es mala. ¿Está espléndida Lola Dueñas en Mar adentro? Pues Belén Rueda es inevitablemente mala actriz. ¿Hay a quienes ha gustado Tiovivo c. 50, de José Luis Garci, aún sin estrenar? Pues, según ellos, todas las demás películas no le llegan a la suela del zapato... "Si el cine fuera una religión, Garci sería su profeta", se dice en la publicidad. Monoteísmo: sólo una religión y un único profeta. La eterna disputa de si Bardem o Berlanga, de si Saura o Gutiérrez Aragón, de si Erice y nadie más... En su tiempo, Juan Antonio Bardem hacía bromas recordando la legendaria competencia "Joselito o Belmonte". En este país sólo hay sitio para uno, decía: "Aquí nadie puede pensar Joselito más Belmonte... Y si se elige a uno de ellos es para decapitarlo a continuación". Ay, los tertulianos del cine español quieren sangre.