Cuatro militares serán juzgados por el incendio causado en unas maniobras

Cuatro oficiales del Ejército de Tierra y la Guardia Civil serán juzgados en Pamplona por un presunto delito de imprudencia que provocó en unas maniobras en el año 2000 el mayor incendio forestal registrado aquel año en Navarra. La Audiencia de Pamplona ha revocado el archivo de la causa por parte del juez instructor y acusa a los cuatro mandos de quebrantar "las más elementales normas de prudencia".

El hecho se produjo en el pulmón verde de Pamplona, el monte San Cristóbal, durante unas maniobras militares. Las llamas arrasaron 102 hectáreas de arbolado y monte bajo en un área natural recreativa protegida por la ley. Aunque las instituciones pidieron el cierre del polígono de tiro utilizado por las unidades del acuertelamiento de Aizoáin, al año siguiente, el 28 de octubre de 2002, una granada volvió a incendiar cinco hectáreas arboladas del mismo monte.

Cuando se cumplen cuatro años del primer incendio, la Sección Tercera de la Audiencia de Navarra ha decidido revocar el archivo de la causa, que había sido decretado por segunda vez en julio de 2002 por el juez instructor. El juez a quien le correspondió el caso tras la querella criminal presentada por la propietaria de una de las fincas quemadas apreció infracción penal, pero reconoció su imposibilidad para atribuir el delito a una persona concreta. La Audiencia atiende ahora el recurso de un miembro de una asociación ecologista que recurrió el archivo.

El Gobierno navarro abrió un expediente sancionador de 130.000 euros por infracción de la ley foral de Protección o del Patrimonio Forestal, pero el inicio de acciones penales le obligó a paralizarlo. Tras el incendio, el Parlamento de Navarra instó a Defensa a no realizar prácticas con materiales peligrosos en dicho acuartelamiento, muy cercano a áreas residenciales y a un monte protegido como es Ezkaba o San Cristóbal.

La Audiencia confirma ahora que existen indicios de un delito de incendio por imprudencia, del que imputa a dos tenientes y dos sargentos del Ejército y la Guardia Civil. El incendio se produjo a las 17.30 horas del 24 de agosto de 2000 durante unas maniobras de los soldados de la Agrupación táctica Aragón, que se ejercitaban en prácticas antidisturbios ante su inmediata salida hacia Bosnia.

Los magistrados recuerdan que aquel día la temperatura en Pamplona era de 35º grados y había ráfagas de viento de entre 19 a 33 kilómetros/hora, por lo que el riesgo de incendio era "alto". La "impericia" de un militar no identificado provocó que un bote de humo saliera del recinto militar y prendiera en una zona de matorral, iniciando la rápida expansión del fuego. El auto de la Audiencia señala que los mandos debían haber adoptado las medidas adecuadas para evitar daños o sofocar posibles incendios, incluyendo la suspensión de las prácticas, y no lo hicieron "quebrantando las más elementales normas de prudencia" señala la sala.