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Hamás jura vengar la muerte de 14 militantes en un campo de fútbol de Gaza

Los fundamentalistas consideran este ataque israelí el peor desde que empezó la Intifada

Hamás ha jurado vengar la muerte de 14 de sus militantes, perpetrada por el Ejército israelí en la medianoche del lunes en Gaza, al lanzar seis misiles sobre un campo de fútbol donde un contingente de fuerzas fundamentalistas realizaban una instrucción militar. El ataque, considerado como el más sangriento y contundente efectuado por Israel contra los integristas desde que se iniciara la Intifada, es una represalia del doble ataque suicida llevado a término hace una semana por dos integristas en Bersheva en el que murieron 16 personas.

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"Ha sido una horrible carnicería, pero vengaremos la muerte de nuestros militantes, cuando menos se lo esperen", aseguró ayer Sami Abu Zuhri, portavoz del movimiento fundamentalista Hamás en Gaza, refiriéndose al ataque perpetrado por el Ejército israelí contra el grupo de militantes que fueron abatidos mientras efectuaban instrucción militar en el estadio de fútbol de Sajaiya, al este de la capital Gaza, muy cerca del campo de refugiados de Yablaia, el epicentro de una zona considerada como uno de los principales baluartes integristas en territorio palestino.

Las amenazas de este dirigente fundamentalista de Gaza serían coreadas horas más tarde por cerca de 50.000 palestinos que asistieron al entierro de los restos de los militantes, en una de las manifestaciones de duelo mas concurridas y airadas desde las que tuvieron lugar la pasada primavera con ocasión del asesinato selectivo de los máximos líderes de Hamás, el jeque Ahmed Yassin y Abdelaziz Rantisi.

El entierro de los militantes integristas paralizó la vida comercial y universitaria de Gaza. Mientras las tiendas cerraban sus puertas, los muecines desde los minaretes de las mezquitas leían versículos del Corán y renovaban los llamamientos de venganza, "hasta la liberación de Palestina y su capital Jerusalén". Al instante, como si fueran un eco varios misiles artesanales cayeron sobre los asentamientos cercanos y la localidad israelí de Sderot donde resultó herido en la cabeza un hombre de 60 años. Durante la madrugada de hoy decenas de blindados se internaron en el norte de Gaza, zona desde la que se habían lanzado los cohetes contra territorio israelí.

El primer ministro palestino, Ahmed Qurei, lejos de intentar apaciguar los ánimos respaldaba la ira de los integristas al tiempo que pedía en voz alta "basta de sangre, basta de sangre", pero lamentando y anunciando al mismo tiempo que "habrá una represalia, seguro que la habrá y esta estará justificada...". Eran declaraciones ambiguas, de doble sentido, con las que trataba de congraciarse con los dirigentes fundamentalistas que horas antes se habían comprometido, ante los mediadores egipcios, a sentarse en el plazo de dos semanas en la mesa de negociaciones en El Cairo para tratar de establecer una tregua en la Intifada.

Cantones incomunicados

La franja de Gaza, dividida por el Ejército israelí en tres cantones incomunicados, sufrió ayer al mediodía un nuevo sobresalto al conocer la muerte de una niña de 13 años, Raghda Al Assar, que fue alcanzada por una bala israelí en la cabeza cuando se encontraba en el interior de un aula de una escuela de Yan Yunis, administrada por la ONU. La muerte de la pequeña fue inmediatamente denunciada por la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas encargada de asistir a los palestinos, que en los últimos meses ha acusado al Ejército israelí de asediar y acosar sus instituciones, especialmente sus centros escolares.

La dirección de Hamás en el exterior reiteraba ayer a sus dirigentes y militantes la orden de volver a la clandestinidad, para evitar convertirse en blanco de las represalias israelíes tras el doble atentado suicida de Bersheva. Pero este mandato tajante, paradójicamente está siendo desoído por algunas de las células fundamentalistas de Gaza, que calificaron de cobardía la actitud de los dirigentes de Hamás en el exilio de Damasco y Beirut, que han desaparecido ante el temor de ser asesinados.

Miles de palestinos gritan consignas durante el entierro de uno de los militantes de Hamás muerto el lunes en un ataque del Ejército irsaelí.
Miles de palestinos gritan consignas durante el entierro de uno de los militantes de Hamás muerto el lunes en un ataque del Ejército irsaelí.REUTERS

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