"España es un laboratorio de arquitectura, cultural y político"
Con el lema Metamorfosis, la novena edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia, a cargo de Kurt W. Forster (Zúrich, 1935), profundiza en los cambios teóricos, prácticos y en las nuevas tecnologías de la construcción. Las más modernas tendencias arquitectónicas procedentes de todos los rincones del mundo podrán ser visitadas desde el próximo domingo, 12 de septiembre, hasta el 7 de noviembre en los Jardines de la Bienal y en el Arsenal veneciano.
Además de arquitectura, Forster ha estudiado literatura, arqueología clásica, ha sido consejero en la reconstrucción de Berlín y profesor en Yale, Stand-ford, Berkeley y Harvard.
El director de la Bienal habla del buen momento que está atravesando la arquitectura española. "No sé por qué Dios ha sido tan generoso con España", comenta en su despacho, frente al Gran Canal.
"La vida no sólo ha cambiado fuera de los grandes edificios, también ha cambiado en la esfera privada"
"Hoy la arquitectura es llamada para resolver los problemas que nadie puede resolver"
Pregunta. ¿Hacia dónde se orienta la Bienal?
Respuesta. Será una Bienal muy actual porque se expondrá el enorme impacto de la arquitectura en la sociedad. España, probablemente, lo ha demostrado mejor que cualquier otro país europeo, pues se ha transformado gracias a la arquitectura. Si uno dice España, hoy, no puede dejar de pensar en la arquitectura de los últimos 25 años, lo cual no quiere decir que antes no hayan existido obras arquitectónicas importantes. Seguramente, España se ha convertido en un sinónimo de laboratorio de arquitectura, laboratorio cultural y laboratorio político. La Bienal hablará también de las expectativas y las necesidades específicas de la arquitectura.
P. ¿La arquitectura vista como una metamorfosis?
R. A escala mundial estamos viviendo un momento extraordinario, aunque algunos arquitectos lo ven como el fin de la profesión. La arquitectura está atravesando una transformación profunda, porque tal vez otras áreas de la sociedad también están cambiando. Para mí, la arquitectura vive un momento de gran alegría.
P. ¿Qué facetas de la arquitectura abarcan esos cambios?
R. He escogido el término metamorfosis pensando en sus dos raíces: una, la raíz mitológi-ca, y otra es la raíz científica. Esta última se refiere a la creación de nuevas sustancias y a las infinitas variaciones de los materiales de construcción. Por ejemplo, tres siglos atrás, el vidrio era un material usado exclusivamente para ventanas; hoy, sin embargo, es uno de los elementos predominantes en la arquitectura. He aquí una metamorfosis de las sustancias de la naturaleza y con ésta, una transformación del aspecto de los edificios.
P. ¿Las transformaciones son también de concepto?
R. Las transformaciones son como las de un ser vivo al cual le cambian sus cabellos y el color de los ojos. Así es la arquitectura de hoy: cambia todo, cambian sus funciones y cambia el funcionamiento interno, como en la vida, porque no todo puede estar completamente programado. Los edificios se han convertido en algo más complejo, más complicado, donde entran en juego todas las consideraciones de los usuarios, ingenieros y arquitectos. Se controla no sólo la realización de la obra, sino también el clima, el flujo de las personas.
P. ¿Hoy día es más difícil el oficio del arquitecto?
R. Sí, pero es también más estimulante. Se pueden hacer cosas que en el pasado habrían sido difíciles de construir, pues el papel de la arquitectura estaba más estrechamente determinado, había más límites. Hoy, la arquitectura es llamada para resolver los problemas que nadie puede resolver.
P. ¿En qué consiste el viaje a la arquitectura de los años sesenta a hoy que propone la Bienal?
R. Una exposición no puede abarcarlo todo, pero lo que sí haremos es dar un vistazo al pasado para reflexionar sobre cómo hemos llegado donde estamos. La memoria, en este caso, ayuda a comprender el presente.
P. La Bienal dedicará un espacio a la reconstrucción de Berlín. ¿Qué significa ésta ciudad para la arquitectura moderna?
R. Berlín es la ciudad más endeudada de Europa. Vive serios problemas. Desde el punto de vista arquitectónico, ha vivido en poco más de 10 años una profunda transformación, pero no pienso que Berlín sea la ciudad más notable. Sin embargo, dedicaremos una exposición fotográfica que resume la evolución de la capital alemana.
P. ¿Cuál es el costo de la metamorfosis?
R. Si se quiere algo nuevo, algo debe ceder. Así es la vida: mueren los padres, pero han procreado los hijos. El cambio puede ser visto con cierta brutalidad, pero éste el precio que debemos pagar. Si nos planteamos la pregunta al contrario, entonces, la realidad sería deprimente.
P. ¿Cómo han sido los cambios en los espacios interiores?
R. Los espacios interiores son también importantes en la arquitectura actual, pues las personas pasan mucho tiempo en el trabajo, el gimnasio, las salas de conciertos... La vida no sólo ha cambiado fuera de los edificios de grandes dimensiones, también ha cambiado en la esfera privada de las personas, y para ello hemos llamado a 40 arquitectos.
P. La presencia española en la Bienal es nutrida: 12 estudios de arquitectura y un total de 18 arquitectos. ¿Considera que la arquitectura en España vive un buen momento?
R. Hace 30 años nadie que yo conozca hubiese pensado que España, Holanda y Japón en 2004 llegasen a ser claves. Era algo totalmente inesperado. En el caso de España, después de Franco ha surgido una increíble energía social para tomar nuevos aires y se ha hecho sentir en la arquitectura con mucha inteligencia. Las escuelas de arquitectura han tenido una autoridad mucho más importante que en otros países. No sé por qué Dios ha sido tan generoso con los españoles. Por otra parte, en España hay una gran presencia de los arquitectos en la vida social del país y sin duda alguna la arquitectura española está viviendo un gran momento.
P. ¿Cuál es el papel de la fotografía en el proceso de cambio?
R. Dedicaremos espacio a la fotografía porque las imágenes sirven para contar la metamorfosis de la sociedad y, en consecuencia, de los edificios. El fotógrafo puede captar los momentos de cambio: como la luz, el atardecer, las salidas de los edificios. La foto nos da la posibilidad de hacernos ver que los edificios tienen una vida propia por la cual pasan años, estaciones y personas.
Babelia
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