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Entrevista:

Javier Sanz/ Rector en funciones de la Universidad Politécnica de Valencia: "Ahora toca pasar página"

Agosto se presenta para la Politécnica como un mes de cambios. El año pasado con el destape de una de las candidaturas de oposición; y ahora con la reestructuración del Gobierno de la Generalitat, en la que por primera vez el PP deja en manos de un rector las riendas de la política universitaria, científica y de transferencia tecnológica a la empresa, con el sorpresivo nombramiento de Justo Nieto. Y, para rematar, la salida de quien ha dirigido esta casa durante 19 años coincide con el no menos inesperado cambio en el Gobierno central, que ha pasado a manos del PSOE. En este escenario, el catedrático e histórico militante socialista desde la transición, Javier Sanz (Valencia, 1949) asume provisionalmente -a sólo seis meses de un proceso electoral interno de infarto- el rectorado del segundo campus valenciano por alumnos y el primero en generación de I+D+i con la mira puesta en lograr un "consenso"en torno a un candidatura, que no descarta encabece él mimo.

"Si presentarme supone un factor añadido a la división, no lo haré"
"¿Que el escenario político condiciona los cambios en la universidad? Sin duda"

P. No sé si felicitarlo o darle el...

R. (Sonríe) Eso demuestra que en la vida hay que estar preparados para lo que venga, y que te tiene que pillar trabajando. ¿Que el escenario político condiciona los cambios en una universidad como ésta? Sin duda. ¿En el Gobierno de España? Naturalmente, porque tiene competencias decisivas en la normativa y en la coordinación del sistema. Y, ¿a nivel presupuestario? Igual, porque el peso de la responsabilidad recae en la comunidad autónoma, desde que fueron transferidas las competencias. Aunque, también es cierto que no hay ninguna expectativa de que el Gobierno central se implique de alguna manera o apoyando determinadas orientaciones políticas. El signo político de los gobiernos se marca en la medida en que tienen prioridades y enfoques distintos. Y las universidades, y singularmente ésta, estamos acostumbradas a colaborar con gobiernos de diferente signo político.

P. Tiene ante sí un escenario que requiere de un espíritu de "cohabitación" con los dos grandes partidos.

R. Ambos partidos tienen la obligación y la necesidad de dialogar y buscar puntos de encuentro en todas las áreas, pero en el caso concreto de la enseñanza superior y la ciencia y tecnología, aún más. Y confío en que lo hagan. Porque, si no, las universidades nos sentiríamos muy incómodas y pagaríamos todas las consecuencias en el diseño de la convergencia europea... Además estoy convencido de que el talante de Nieto propiciará esto, y será él quien quiera participar en el debate que ya se está produciendo a nivel estatal para reorientar la política universitaria desde la perspectiva europea de la que es firme partidario.

P. Parece que, de entrada, hay coincidencia en una cosa: incorporar la experiencia universitaria a la gestión política (tanto el Gobierno socialista con el nombramiento del ex rector de Alicante al frente del área de Universidad y Ciencia como el presidente Francisco Camps con la designación de Nieto. ¿Cómo valora los cambios del Consell?

R. Con mucha esperanza. Porque la decisión de agrupar bajo la autoridad de un mismo consejero todo lo que es enseñanza profesional superior, la ciencia y la tecnología y la transferencia de innovación a la empresa es un éxito desde el punto de vista estructural que hay que aprovechar en ambas direcciones. El Gobierno en beneficio de los valencianos; y las universidades, porque vamos a tener en la misma mano -y además en la mano de quien ha sido rector de esta casa y conoce el sistema universitario valenciano- todo lo que afecta a la vida y la política universitaria.

P. De puertas para adentro, se abre un escenario tan nuevo como incierto. ¿Se dan las condiciones para que la oposición que ha conformado siempre como "una suma de restos" afronte el proceso sin el tradicional revanchismo que primaba en las candidaturas "contra Nieto"?

R. Hay que intentarlo y no desesperar nunca. Hay que hablar, dialogar. No hace falta ponerse de acuerdo. Que se presente a rector quien quiera. Y el propio proceso electoral decantará al final un rector por mayoría, aunque sea por dos votos. Aunque, mi deseo sería que abordemos la regulación del Gobierno de la universidad con un esfuerzo de consenso que nos permita tener un rector con el respaldo más amplio posible. Porque ésta es una situación excepcional que se ha cerrado de una manera insospechada e inesperada, ya que durante 19 años ha habido un gobierno presidido por Justo Nieto. De lo que se trata ahora -ya que no hemos hecho aún lo que hubierámos hecho en un momento de normalidad, que es prepararnos para el cambio- es de conseguir ese consenso para que nuestra institución conserve la normalidad desde el punto de vista del funcionamiento, de la legitimidad y de la acción de gobierno y salga menos dividida y más unida de este proceso.

P. Ha dicho sorpresiva, ¿pero la posibilidad se contemplaba desde hacía tiempo?

R. La salida de Nieto al Gobierno valenciano se contemplaba, no ahora o el año pasado o hace 9 años, sino en cualquier momento, porque es una persona sin adscripción política, que ha demostrado ser un gran gestor de una universidad brillante y moderna. Pero, se ha producido ahora, y en ese sentido sí que es una sorpresa, porque lo que se ha producido ha sido una remodelación del Gobierno sólo un año después de las elecciones autonómicas, que no es lo habitual. Por otra parte, tampoco es habitual que salga un rector acababa de ganar unas elecciones por sexta vez consecutiva. Lo lógico hubiera sido que gobernara al menos durante los próximos tres años, lo que hubiera permitido abrir una reflexión y buscar un consenso sobre el modelo de universidad con tiempo.

P. Eso, ¿se ha interrumpido?

R. No. Pero estaba previsto dentro de tres años, tenemos que hacerlo ahora y en un tiempo récord. Porque, creo que los cambios que se tengan que producir no pueden ser sólo nominativos, en clave de quién es el candidato que tiene más méritos. Hay que abrir un debate y poner sobre la mesa cuáles son los signos de identidad que hacen que esta universidad sea diferente, y en muchos supuestos mejor que otra.

P. ¿Teme que su lealtad a Nieto le pase factura ahora?

R. No me importaría. Hice lo que yo creo que debía de hacer, por lealtad y convicción a Nieto y a la universidad. Creí que lo mejor era que se presentara (cosa que no era evidente que fuera a hacer) y que ganara. Y así ocurrió.

P. En cualquier caso, pesará...

R. Ahora toca pasar página, y encarar una situación que es distinta. Debemos de identificar cuál son las señas de identidad del modelo de universidad que hemos hecho entre todos, y al que ha contribuido mucho Justo Nieto. Si lo hacemos, estoy convencido de que va a querer se apoyado por quienes apoyaron a Nieto, y por todos aquellos que también se sienten actores de esta universidad a la que sin duda han contribuido.

P. ¿Está la oposición preparada para el cambio?

R. Vamos a ver... creo que ya no debemos hablar en clave de los que respaldan al gobierno o de oposición, salvo como un recuerdo cierto de lo que ocurrió en las ultimas elecciones.

P. Más que un recuerdo, ¿fue un hecho real?

R. Sí. Lo que pasa es que quien encabezó la candidatura fueron Justo Nieto por un lado, y Juanjo Moragues, por otro. Ambos, personas, desde mi punto de vista, perfectamente compatibles. Pero es que ninguno de los dos está ahora. Por consiguiente, yo he dicho y mantengo que de Justo Nieto quiero heredar todo lo que pueda, menos sus adversarios.

P. ¿Será candidato?

R. Yo tengo que estar al servicio de la universidad, como uno más. Y este servicio consiste tanto en estar disponible si es conveniente para ser candidato, como incluso no presentarme para propiciar una candidatura de amplio respaldo. Aún no lo sé.

P. Entiendo que no pretende aferrarse al cargo, pero también ¿que quiere presentarse?

R. No necesariamente. Si presentarme supone un factor añadido a la división, no lo haré.

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