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La resistencia artística a la dictadura franquista llega a Vitoria en una exposición

La cuarta selección del Reina Sofía ofrecerá el próximo año a los nuevos creadores

El periodo entre 1940 y 1975 abarca años oscuros, negros, en los que la omnipresencia del nacionalcatolicismo invadió casi todos los ámbitos de la vida en España. Por eso, la visita a la exposición que ayer se inauguró en la Caja Vital supone un estímulo para quienes aborrecen de totalitarismos, por supuesto también en la expresión artística. La muestra Abstracciones-figuraciones (1940-1975), creada con fondos del Museo Centro de Arte Reina Sofía (MCARS), presenta la obra de los mejores artistas que trabajaron durante la dictadura de Franco alejados de la estética oficial, investigando y conectando con las reflexiones creativas que se vivían en el resto del mundo.

La muestra es la tercera de una serie de colaboraciones que ha emprendido el MCARS con la Caja Vital para exhibir en Vitoria lo mejor de sus fondos y su colección permanente. En las dos ocasiones anteriores ya se pudo disfrutar del trabajo de los artistas de finales del XIX y principios del XX y de los representantes de las vanguardias históricas. Ahora le toca el turno a esa formación heterógenea en la que aparecen Tàpies, Chillida, Oteiza, Antonio López, Chirino, Palazuelo, Darío Villalba o Carmen Laffon. También incluye a fotógrafos de la talla de José Ortiz-Echagüe o Virxilio Vieitez.

Se ha escogido una obra de cada uno de los 52 artistas elegidos, que casi nunca defrauda al aficionado. La exposición está organizada cronológicamente, sin olvidar las afinidades estéticas, y la primera sala ya anuncia la calidad de lo que vendrá: un impresionante óleo, Prisca, de Antonio Saura, comparte espacio con esculturas de Pablo Serrano, Eduardo Chillida, y Martín Chirino.La muestra de la Caja Vital, que se prolongará hasta el 2 de octubre, es el reflejo de una resistencia. En aquellos primeros años cuarenta, a pesar de la asfixiante imposición de la autarquía franquista con su modelo neoimperial, los artistas que se quedaron en España comienzan a dar muestras de ciertas inquietudes. A partir de 1945 se advierte la presencia de grupos que bebían de los creadores anteriores. Nace en 1948 Dau al Set, con Tàpies entre sus promotores, quizás la expresión más clara de que no se había perdido el hilo con la vanguardia de antes de la guerra civil.

Las abstracciones del pintor catalán, las de Millares o Lucio Muñoz beben del informalismo europeo y del expresionismo abstracto estadounidense, entre otras muchas fuentes. Pero, en esos años, también hay quien empieza a apostar por la figuración como el grupo formado por Antonio López, Julio y Francisco López Hernández y otros, que trabajaron a contracorriente en dos sentidos: ni obedecían la estética oficial, ni practicaban la vanguardia de sus coetáneos.

La exposición muestra estos contrastes de los primeros lustros del franquismo, un poco antes de exhibir a los creadores de los sesenta que aportan nuevas expresiones a este diálogo abstracción-figuración, ya con claros contenidos políticos. Eduardo Arroyo pinta en 1963 Los cuatro dictadores (Salazar, Franco, Mussolini, Hitler) y Juan Barjola, en 1967, Escena de guerra. La expresión por excelencia de esta implicación de los artistas contra la dictadura llegará en los setenta, como se aprecia en las obras Guernica cortado (1974) de Equipo Crónica y El abrazo, de Juan Genovés, esta última todo un emblema de la transición a la democracia.

Pero el país era el que era, a pesar de sus artistas. Por eso, resulta más que necesaria la selección de fotografías. Las imágenes, poco más de media docena, recogen estampas más cercanas del XIX que de lo que la retina popular mantenía de los años de la República. Es el caso de Cenando en la taberna (1953), de Juan Dolcet, con dos obreros comiendo en un paisaje de sillas y mesas desvencijadas, o Arrabales de Madrid, de Sigfrido de Guzman, muestra de la otra cara del desarrollismo franquista.

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Este ciclo de exposiciones del MNCARS se cerrará el próximo curso con la muestra titulada Arte nuevo (1975-2000) que incluirá a jóvenes artistas ya consagrados, como Miquel Barceló, Juan Muñoz, Broto o Cristina Iglesias.

Un fotógrafo toma una imagen de la escultura <i>Filferro y llauna 4, </i>de Andreu Alfaro, incluida en la muestra.
Un fotógrafo toma una imagen de la escultura Filferro y llauna 4, de Andreu Alfaro, incluida en la muestra.L. RICO

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