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VIOLENCIA EN IRAK

El presidente iraquí suspende su visita a París en plena crisis de los rehenes

Aumenta la tensión entre el Gobierno francés y las autoridades interinas de Irak

Fuentes oficiales confirmaron ayer la suspensión de la visita a París del presidente provisional de Irak, Ghazi al Yauar, prevista para el próximo lunes. Esta noticia se conoció mientras se alargaba la espera de la liberación de los dos periodistas secuestrados en Irak y de su chófer, y es coherente con la actitud del Gobierno provisional iraquí, cuyo jefe, el proestadounidense Ayad Alaui, fustigó recientemente a Francia como un país ciego frente al terrorismo. Esta suspensión revela las tensiones que enfrentan al Gobierno francés y al régimen iraquí sostenido por Estados Unidos.

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En lugar de la esperada puesta en libertad de los periodistas secuestrados, lo que se anunció fue la suspensión del viaje a Francia del presidente provisional de Irak. Fuentes oficiales de París declinaron explicar los motivos concretos, limitándose a indicar que "las condiciones no son muy favorables para tal visita".

Las mismas fuentes se negaron a comentar una serie de artículos aparecidos en Bagdad, diario muy vinculado al Gobierno iraquí, imputando personalmente a Jacques Chirac una responsabilidad en los secuestros de los periodistas franceses, por no haber apoyado resoluciones de la ONU importantes para la seguridad de Irak. En otras palabras: de no haberse implicado militarmente en el conflicto. Una ducha fría para los implicados en el vasto despliegue en pro de los rehenes, que comenzó hace una semana y en el que Francia ha puesto en juego enormes esfuerzos.

Al principio fue considerado uno más de los muchos secuestros que se producen en Irak. La desaparición de los periodistas Christian Chesnot y Georges Malbrunot no provocó inquietud especial en París hasta el sábado 28 de agosto. Las autoridades se dieron cuenta del peligro tras el ultimátum difundido ese día, amenazando con ejecutar a los rehenes si Francia no anulaba la (mal) llamada ley del velo. Antes del ultimátum, los secuestradores habían exigido la difusión de un vídeo sobre sus reivindicaciones, que el Gobierno había rechazado.

Frente a un ultimátum creíble -el periodista italiano Enzo Baldoni acababa de ser asesinado por el mismo grupo de secuestradores, el Ejército Islámico en Irak-, el domingo 29 se celebraron varias reuniones de crisis en París. De ellas salió un doble objetivo: reforzar la antena del servicio secreto francés en Bagdad para intentar la mediación con los secuestradores, y orquestar una vasta muestra de solidaridad nacional e internacional con los rehenes y con su país.

¿Y quién mejor que las organizaciones islámicas francesas para demostrar a los secuestradores que se equivocaban de enemigo? De esta parte se encargó el ministro del Interior, Dominique de Villepin. El mismo domingo 29, una musulmana francesa, Fatiha Ajbli, miembro de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF), se mostró contundente: "Rechazo que mi velo sea manchado de sangre". Los grupos islámicos franceses comprendieron la oportunidad que se les brindaba de ayudar a las autoridades angustiadas, en la esperanza de integrarse mejor en el país.

El ministro de Asuntos Exteriores, Michel Barnier, despachado a Oriente Próximo, ha permanecido toda la semana entre Egipto, Jordania y Qatar. De su actividad incesante y de la de su equipo ha surgido gran parte del enorme movimiento de solidaridad: desde el secretario general de la Liga Árabe, Amer Musa, hasta la mayoría de los gobiernos árabes, autoridades religiosas locales, los Hermanos Musulmanes, Hamás, Hezbolá e incluso un trato favorable en la televisión Al Yazira. Todo ello con vistas a aislar a los secuestradores.

Con mucha mayor reserva, París catapultó a Bagdad a un grupo de agentes dirigidos por el general Philippe Rondot, implicado en las operaciones que permitieron detener al terrorista Carlos, el Chacal, en 1994 y en la liberación de varios franceses secuestrados en Líbano, en 1986. La presencia en Irak de este militar, en pleno fregado a sus 67 años, no ha sido "confirmada ni desmentida" por el Ministerio de Defensa. En medios periodísticos se cree que los servicios franceses han tratado de rehacer contactos con personas de los antiguos servicios iraquíes, a los que se cree vinculados a las guerrillas.

Contactos con la guerrilla

El lunes, cuando los secuestradores difundieron un segundo vídeo exigiendo una manifestación en Francia contra la ley del velo, una periodista del semanario Le Nouvel Observateur recibió noticias de Mohamed, nombre atribuido a uno de sus contactos en Bagdad, quien afirmaba que los secuestradores pedían "una salida honorable". La periodista en cuestión, Sara Daniel, cree que el mensaje fue tomado en serio por París y que de ahí salió la iniciativa de colocar en primer plano al Consejo del Culto Musulmán de Francia. Sea por esa razón o por otras, lo cierto es que los representantes de este organismo han multiplicado los llamamientos a la liberación de los secuestrados y han llevado este mensaje personalmente a Bagdad. Ayer estaban en Ammán, codo a codo con el jefe de la diplomacia francesa, Michel Barnier.

Un agente francés vigila la entrada a la Embajada en Bagdad.
Un agente francés vigila la entrada a la Embajada en Bagdad.REUTERS

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