Matanza en la escuela de Beslán
Más de 200 rehenes mueren y al menos 600 resultan heridos en un asalto lanzado por fuerzas rusas
El caos y la confusión alcanzaron ayer su clímax cuando hacia la una de la tarde (las once de la mañana en la España peninsular) las fuerzas de seguridad rusas lanzaron una operación de rescate de los cientos de niños y sus familiares que desde el miércoles permanecían secuestrados por un comando terrorista checheno en una escuela de Beslán, en la república rusa de Osetia del Norte. Una serie de explosiones de origen aún desconocido anoche dio paso a un intenso intercambio de disparos entre los terroristas y las tropas rusas, al tiempo que decenas de niños aterrorizados, heridos y semidesnudos eran evacuados en completo desorden. Tras 53 horas de secuestro y angustia, la operación se saldó con más de 200 civiles muertos y más de 700 rehenes heridos, 259 de ellos, niños.
El triunfalismo de las autoridades rusas se fue desvaneciendo según pasaban las horas
El triunfalismo de las autoridades rusas sobre la operación se fue desvaneciendo según pasaban las horas hasta el punto de no existir una explicación oficial sobre quién había ordenado el asalto ni cómo había empezado.
Nada predecía a primeras horas de la mañana que las fuerzas de élite rusas lanzarían el asalto final de la Escuela Número Uno de Beslán. Pero los rusos decidieron aprovechar el acuerdo que habían logrado con el comando suicida para retirar los cadáveres que, desde el comiezo del secuestro, había en el interior del colegio y llevar a cabo el plan ya elaborado con el fin de tratar de rescatar a los rehenes y poner fin al drama que desde el miércoles mantenía en vilo a todo el país.
Poco antes del mediodía llegó la noticia de que los negociadores habían logrado ponerse de acuerdo con los terroristas para sacar del interior del colegio los cadáveres que allí había.
Pero minutos después de que cuatro socorristas del Ministerio de Situaciones de Emergencia entraran en el patio de la escuela con un vehículo de la institución, se oyeron dos fuertes explosiones seguidas de un intenso tiroteo. Sobre la escuela se elevaban columnas de humo, resonaba una tercera explosión, más fuerte que las anteriores y parte del techo se desplomaba. Casi simultáneamente entraban las fuerzas de élite rusas en el colegio, mientras los terroristas disparaban a diestro y siniestro contra todo lo que se movía.
Las autoridades rusas explicaron esta situación de la siguiente forma: después de las explosiones -cuyo origen no aclaran- un grupo de niños salió corriendo del edificio y los secuestradores comenzaron a dispararles por la espalda. Por eso, las tropas de élite se vieron obligadas a actuar de acuerdo con lo que estaba ocurriendo y se lanzaron contra los terroristas para tratar de salvar a los niños. Los jefes de la policía y de los órganos de seguridad de Osetia del Norte aseguraron más tarde que jamás el gabinete de crisis había contemplado planes de asalto. Pero entonces no se explica qué hacían allí Nikolái Pátrushev, director del Servicio Federal de Seguridad, y Rashid Nurgalíev, ministro de Interior de Rusia.
Lo que realmente sucedió en esos minutos no es fácil saberlo. Pero es muy probable que, aprovechando que los terroristas debían concentrar su atención en el vehículo que entró en el patio y en los socorristas, las tropas de élite hicieron detonar cargas explosivas en otro lugar del edificio para abrir boquetes con el fin de liberar a los rehenes. Esto es precisamente lo que hicieron hace dos años cuando comenzaron el asalto al teatro Dubrovka en Moscú, donde un comando suicida había secuestrado a cerca de 900 espectadores.
La tercera explosión, más fuerte, que provocó el desplome de parte de la techumbre, pudo deberse a la respuesta de los secuestradores, que al comprender lo que sucedía hicieron detonar algunas de las bombas con que habían minado la escuela el primer día.
Esto explicaría el hecho de que de pronto, desde el interior del edificio, comenzaron a aparecer soldados llevando consigo a niños. No se excluye tampoco que en el vehículo del Ministerio de Situaciones de Emergencia hubiera también miembros de las tropas de élite.
Acto seguido la confusión reinó en el recinto. Comenzó un verdadero combate con los secuestradores, mientras los niños y adultos comenzaban a salir coriendo del colegio, muchos de ellos ensangrentados y prácticamente desnudos. Lo primero que hicieron una vez en lugar seguro, fue lanzarse a beber desesperadamente. Sobre el colegio aparecieron varios helicóteros de combate Mi-8, que apoyaban la operación.
Los terroristas se dividieron en tres grupos, según el Ministerio del Interior norosetio. Unos cinco se quedaron oponiendo resistencia en la escuela, otros, cerca de 13, huyeron en dirección al sur de la ciudad, donde se encuentran la vías férreas y los caminos que van a las montañas. Algunas terroristas trataron de salir con los rehenes. Otros se hicieron fuertes en un edificio vecino, donde fueron bloqueados y se entabló un largo combate. Más tarde, cuando la mayoría del colegio ya estaba controlado por los rusos, se oyeron fuertes ecos de disparos de tanques en la zona sur de Beslán, que indicaban que el grupo terrorista trataba de escapar de las tropas.Las primeras informaciones oficiales de las autoridades fueron triunfalistas. Aseguraban que la mayoría de los niños estaban "bien", sanos y salvos. Los principales heridos se encontraban entre los escolares que habían tratado de escapar por su cuenta tras el comienzo del asalto, pero a los que habían permanecido en el gimnasio prácticamente nada les había ocurrido, según afirmó el Ministerio del Interior norosetio. La realidad resultó más trágica: en la zona polideportiva encontraron más de 100 cadáveres.
Los secuestradores mantenían en realidad muchísimas más personas que las 354 reconocidas oficialmente hasta la mañana de ayer. El número de rehenes era superior a 1.000, según aseguraron tres madres liberadas el jueves. Y ayer, el asesor presidencial Aslambek Aslájanov, ya después del asalto, dijo que había 1.200 rehenes en el interior de la escuela. Los civiles muertos superaban anoche los 200, según el ministerio de Sanidad norosetio, citado por Interfax. Además, perecieron cuatro soldados y cinco resultaron heridos. Hay 27 terroristas muertos según las autoridades rusas y tres capturados vivos según la agencia Interfax.
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