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Turquía respalda con cultura su aspiración a ingresar en la Unión Europea

Con un gran festival en Berlín, Turquía ha iniciado en estos días una verdadera ofensiva cultural para respaldar su pretendido ingreso en la Unión Europea. "La capital alemana, para nosotros, es un primer paso. Lo que sigue son otras muestras en Bruselas, Londres y París", sostuvo Nilgün Mirze, una de las responsables de la Fundación Estambul para el Arte y la Cultura. Centrada en la música y titulada Simdi now (ahora), la muestra de Berlín ha sido apoyada con 800.000 euros por el Ministerio de Exteriores turco. "Ya me gustaría que fuese al revés, pero es cierto que la política está marcando la agenda cultural", admitió Mirze. Su fundación, financiada en gran parte con aportaciones privadas, organiza desde hace 32 años festivales y muestras culturales en Estambul, entre ellos la Bienal de Arte. "En todo este tiempo, siempre hemos llevado cultura europea a Turquía. A la inversa, salvo en lo que se refiere al folclor turístico, Europa no mostraba ninguna curiosidad", explicó.

Que ello ahora esté cambiando, según Mirze, tiene que ver no sólo con las pretensiones políticas y el apoyo financiero del Gobierno turco, sino también con los atentados terroristas del 11-S. "A partir de ahí, Occidente se ha comenzado a fijar más en Turquía, un país en el que la mayoría de la población es musulmana y, pese a ello, existe un Estado laico". Y una cultura dispuesta a incorporar en su legado toda suerte de influencias externas, como hasta este domingo demuestran en la capital alemana los más de 270 artistas invitados a Simdi now.

En la programación han destacado conciertos de las tres superestrellas de la música popular turca -Tarkan, Sezen Aksu y Sertab Erener-, pero también recitales en la Filarmónica de los mejores pianistas clásicos de Turquía, entre ellas las mellizas Pekinel y Önder. Pina Bausch llevó al escenario clásicas estampas de Oriente, incluidos los baños turcos, en su obra Nefés.

La iniciativa original de la muestra, en la que igualmente hubo exposiciones de arte, obras de teatro, muestras de cine y seminarios académicos, fue de una emprendedora promotora cultural, Nikki Kawamura, que también logró que el Estado alemán aportara otros 500.000 euros.

En Berlín viven 120.000 inmigrantes turcos, marcados por sus orígenes, con frecuencia rurales, y una religiosidad incluso mayor de la que se registra en Estambul. "Este festival ha sido una oportunidad para descubrir una cultura contemporánea, cosmopolita y laica", sostuvo Nilgün Mirze.

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