Milosevic cita a 1.400 testigos para defenderse en el juicio por genocidio
Si sus problemas de tensión no provocan un retraso de última hora, Slobodan Milosevic, de 62 años, se estrenará hoy como su propio abogado defensor ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Acusado de genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad en los conflictos de los Balcanes, el ex presidente serbio dispondrá de cuatro horas para presentar su caso. Una vez concluida su intervención, el grupo de juristas que defiende sus intereses y la sala misma evaluarán de nuevo su salud, así como la posibilidad de nombrarle un letrado de oficio. Milosevic rechaza esta clase de ayuda y pretende interrogar a todos sus testigos, cifrados en 1.400. Los primeros llegarán el 7 de septiembre.
"No sabemos qué tipo de declaración querrá hacer hoy o incluso si agotará las cuatro horas de las que dispone. Tal vez se alargue hasta mañana. De momento, lo único concreto es que se pretende continuar el juicio tres días a la semana sin más dilaciones", señalaron ayer portavoces del TPIY. El proceso a Milosevic ha sufrido numerosos retrasos por culpa de sus achaques cardíacos y de las gripes que ha contraído desde que diera comienzo, hace dos años. La fiscalía ya ha concluido su parte, relativa a los crímenes de guerra y contra la humanidad, presuntamente cometidos en Kosovo (1999) y en Croacia (1991-1992), y el genocidio de las fuerzas serbias en Bosnia (1992-1995). Milosevic niega esta última acusación y ha justificado las otras dos como el resultado de un intento de defender a la minoría serbia.
Para el ex presidente yugoslavo, buena parte de sus males se aliviaría si le dejaran descansar y preparar a fondo una defensa que no piensa delegar en nadie. Se considera un jefe de Estado falsamente acusado y no está dispuesto a perderse la oportunidad de un careo con el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton; el primer ministro británico, Tony Blair; o el canciller germano, Gerhard Schröder. Los tres figuran en la lista presentada ante el TPIY, aunque no está claro quiénes acabarán compareciendo. La sala necesita los datos personales de todos los testigos anotados, así como las razones por las que son llamados y el asunto sobre el que serán preguntados. Milosevic considera ambos extremos una excusa.
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