Bush reúne a los responsables de seguridad y defensa
George W. Bush se reunió ayer con la plana mayor de responsables de seguridad y defensa "para abordar detalladamente las prioridades defensivas", según la vaga afirmación del portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan. La reunión se celebró en el rancho del presidente en Crawford, Tejas, donde Bush se ha retirado a descansar antes de la convención republicana de la próxima semana en Nueva York.
Entre los asistentes se encontraban el vicepresidente, Dick Cheney; la consejera de Seguridad, Condoleezza Rice; el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el número uno de las Fuerzas Armadas, general Richard Myers. Uno de los asuntos del orden del día era Irak, con el problema sin resolver de Nayaf y con un número de soldados muertos que avanza hacia los mil. Otros capítulos importantes son la formación de la Policía y el Ejército en Irak, la seguridad en Afganistán antes de las elecciones de octubre y el plan de repliegue o reorganización de 70.000 soldados estadounidenses en Europa y Asia.
Irak y la política exterior están teóricamente en el centro de la campaña electoral norteamericana. Nada de lo ocurrido en la posguerra ha salido como pensaban los responsables del Pentágono y la situación política es tan quebradiza como la de seguridad; Irak se ha convertido en una carga para el presidente, aliviada por el hecho de que el candidato demócrata, John Kerry, votó a favor de los poderes especiales para ir a la guerra, aunque luego crítico la forma en la que el Gobierno dirigió la crisis.
Propuestas demócratas
Las propuestas demócratas para el futuro de Irak no se diferencian demasiado de las del Gobierno: mantener la presencia militar, afianzar al Gobierno provisional, garantizar la seguridad y tratar de conseguir una mayor implicación internacional. Los soldados muertos (956) arrojan una pesada carga sobre el Gobierno de cara a la opinión pública, sobre todo cuando se han derrumbado los supuestos más importantes con los que se justificó la guerra.
Pero ni Irak, ni la economía, ni los auténticos problemas de EE UU están presentes por ahora en este caliente verano electoral; lo que sigue ocupando el centro del debate -para satisfacción de la Casa Blanca y preocupación demócrata- es si Kerry recibió heridas profundas o superficiales cuando rescató a un subordinado suyo en Vietnam, y si mereció sus cinco condecoraciones o no. Los demócratas han lanzado un nuevo anuncio con más testimonios de apoyo a Kerry, pero el senador está a la defensiva en una polémica que no le ayuda nada.
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