La escasa demanda fuerza a Google a bajar un 25% el precio de salida a Bolsa
El regulador bursátil de EE UU autoriza con un día de retraso la cotización de las acciones
Internautas de todo el mundo han convertido a Google en su buscador de Internet favorito, pero su inminente salida a Bolsa no ha despertado tanto entusiasmo entre los inversores. La baja demanda ha forzado a Google a reducir un 25% de media el precio de las acciones en su oferta pública de venta (OPV), hasta un rango de entre 85 y 95 dólares (entre 69 y 77 euros), y recortar del 9,5% al 7,3% el volumen del capital que colocará, con lo que ingresará la mitad de lo previsto. El regulador bursátil de EE UU autorizó anoche la operación, un día después de lo previsto.
El buscador número uno de Internet tiene desde anoche la autorización del organismo supervisor de los mercados de Estados Unidos para dar vía libre a su salida Bolsa. El organismo de control bursátil (SEC, de sus siglas en inglés) aprobó el folleto de la Oferta Publica de Venta (OPV) de acciones un día después de lo previsto y de lo esperado por la compañía.
No obstante, ese retraso ha servido para que la empresa californiana rebaje sus pretensiones. Cediendo al criterio de la mayoría de los analistas que aseguraban que la valoración inicial de las acciones era demasiado alta, Google anunció ayer que reducía a un tiempo tanto el precio estimado de los títulos como el número de acciones que saldrán al mercado de la OPV más esperada en Wall Street desde el estallido de la burbuja tecnológica en 2000. El efecto combinado de ambos recortes provocará que los ingresos de los actuales dueños de Google sean como máximo de 1.860 millones de dólares (1.510 millones de euros), un 46% menos sobre lo previsto inicialmente.
En la decisión han influido varios factores. En primer lugar, los inversores particulares no han pujado tan fuerte como la empresa esperaba en la controvertida subasta por la Red iniciada el viernes pasado para fijar el precio de salida de sus títulos en el Nasdaq. Además, este mercado de valores tecnológicos arrastra una pérdida del 10% en el año, un dato que puede empañar cualquier OPV. Y es que el momento bursátil no es el ideal. Desde el pasado 1 de agosto al menos 18 salidas a Bolsa han sido canceladas o pospuestas. Tampoco ha ayudado la labor de Morgan Stanley y Credit Suisse First Boston, que dirigen la operación, que no han sabido convencer a los inversores institucionales y los grandes fondos de inversión para que apostaran por el proyecto.
Un duro golpe
Esta revisión a la baja supone un duro golpe para una operación financiera que ansiaba en convertirse en la mayor salida a Bolsa de una empresa de Internet. Con la nueva valoración, la totalidad de Google valdría en Bolsa 25.800 millones de dólares (20.974 millones de euros), unos 10.000 millones de dólares menos de lo previsto en abril, cuando Google anunció a bombo y platillo sus planes para cotizar en los mercados.
En la revisión del precio también ha podido influir la decisión de la SEC que, en la noche del lunes y contra todo pronóstico, aplazó la operación en la para pedir "información adicional" a la compañía. El regulador quería saber más sobre la publicación en la revista Playboy de una entrevista con los dos fundadores de Google, Larry Page (31 años) y Sergey Brin (30 años), que podría vulnerar las normas.
Tras facilitar ayer por la tarde nuevos datos al organismo supervisor y obtener horas más tarde la aprobación de la operación, Google dio por cerrada la subasta entre inversores. Ahora debe fijar el precio definitivo al que se estrenarán las acciones y hacer efectiva la venta de sus títulos a los inversores que han participado en la subasta.Una vez completado el reparto, las acciones cotizarán libremente en el Nasdaq.
Este sistema -poco habitual en las salidas a Bolsa y objeto de críticas por parte de los analistas más escépticos- permite a los demandantes pedir un determinado número de acciones (un mínimo de cinco) al precio que ellos consideran apropiado.
Los responsables de Google siempre lo han defendido alegando que se trata de un mecanismo democrático y, al final, esta misma ventaja les ha obligado a reducir el precio por acción a entre 85 y 95 dólares, cuando había establecido inicialmente una horquilla orientativa de entre 108 y 135 dólares por título. La floja demanda también les ha forzado a poner a la venta menos títulos de los previstos: de 25,7 a 19,6 millones de acciones, es decir, del 9,5% al 7,3% del capital.
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