La A-3, a su paso por Arganda

El abajo firmante, vecino de Arganda del Rey,

SALUDA a la ministra de Fomento (PSOE), a la presidenta de la Comunidad de Madrid (PP) y a los alcaldes de Rivas-Vaciamadrid (IU) y Arganda del Rey (PP) y tiene el gusto de INVITARLES a los cuatro juntos a un paseo en automóvil (que el propio abajo firmante conduciría gustoso) por la A-3 hasta las inmediaciones de Arganda, cualquier noche a partir de las once de la noche.

En el acto que, dado lo variopinto del espectro político al que pertenecen los invitados, sería amenizado por una emisora nacional de radio previamente consensuada, podrían comprobar el estado de invisibilidad casi perfecta en que se encuentra la señalización horizontal de la carretera, su trazado tiovivesco en la zona de obras -al parecer de duración sine die-, así como la tortuosa iluminación (tramo sí, tramo no, tramo ni sí ni no) que alumbra, es un decir, la generosamente denominada autovía.

Todo ello, acompañado por la velocidad diabólica a la que circulan más del 50% de los automovilistas que transitan por la susodicha, haría que la experiencia les resultara a buen seguro inolvidable.

Además, y ya de paso, podrían completar la velada respirando profundamente al aproximarnos al vertedero de Valdemingómez, verdadera joya del nauseabundismo del sureste.

El motivo de convidar también a los alcaldes de Rivas y Arganda, conocedores de la situación, no es otro que el de ayudarles a superar la timidez que, todo indica, les impide reinvidicar con la rotundidad precisa el fin del tormento.

Esperando que encuentran un hueco coincidente en sus apretadas agendas antes de que otra subida de la gasolina haga el proyecto inviable por mi parte, aprovecho para enviarles mi consideración más distinguida.