Bush retirará 90.000 soldados desplegados en Europa y Asia
El Pentágono prevé reducir la presencia de sus tropas en Alemania y Corea del Sur
El presidente George W. Bush, lanzado de lleno a una campaña electoral en la que quiere afirmar que está mejor preparado que su rival, John Kerry, para garantizar la seguridad de EE UU dentro y fuera del país, formalizará mañana los planes de redistribución de tropas en el exterior que el Pentágono prepara desde hace años. Esos planes -que Bush hará públicos en un discurso ante una convención de veteranos de guerra- incluyen una reducción de hasta 60.000 soldados en Europa occidental y 30.000 en Asia.
El anuncio de Bush se basará en la actualización del proyecto de reorganización de la presencia militar estadounidense en el exterior, adelantados ayer por Financial Times y que contemplan la retirada de alrededor de 70.000 soldados de Europa occidental y Asia, aunque The Washington Post amplía esa cifra hasta 100.000 si la reordenación se mantiene como está prevista en los próximos años, según fuentes de la Casa Blanca. Parte de esas tropas volverá a EE UU y parte se desplegará en países europeos del Este. Las grandes líneas de la reorganización afectarán fundamentalmente a Europa occidental, donde ahora hay 100.000 soldados, de los que 75.000 están en Alemania, y a la región asiática, en la que hay otros 100.000. En cuanto a Irak y Afganistán -en donde hay ahora unos 150.000 soldados-, dependerá de cómo evolucionen.
El objetivo del Pentágono, compartido, con matices, por Bush y por Kerry, es el de tener unas fuerzas armadas más ágiles, para poder hacer frente a los nuevos desafíos de la guerra contra el terrorismo y los grupos que tratan de conseguir armas de destrucción masiva. El cambio de un aparato militar que se forjó en la guerra fría a un Ejército de superpotencia única debería realizarse sin que se traduzca en el abandono de los compromisos con los aliados: "Allí donde haya reducciones de tropas, las armas y la tecnología suplirán esa diferencia", según un responsable del Pentágono citado por la agencia Reuters.
Ese planteamiento es más probable en Corea del Sur -en donde hay 37.000 soldados, de los que se prevé retirar 12.500- que en Alemania, de donde saldrán las dos terceras partes de los 75.000 soldados estacionados. Parte de esas tropas irán a EE UU y parte a países como Polonia, Hungría, Bulgaria o Rumania, políticamente más cálidos hacia Washington y cuyas bases albergarán unidades listas para eventuales despliegues en Oriente Próximo, Asia Central y África del Norte.
Soldados en 120 países
Según los datos del Pentágono analizados por el grupo de investigación militar GlobalSecurity, hay 369.000 soldados de EE UU en 120 países que desarrollan labores diversas, desde operaciones de combate hasta misiones de mantenimiento de paz, pasando por el entrenamiento militar de fuerzas de otros países. Las tropas desplegadas en tareas de combate, disuasión y mantenimiento de paz alcanzan los 250.000 efectivos. De las 34 brigadas de combate y regimientos activos, hay 15 desplegados (incluidos dos en Corea del Sur) o en rotación. Los movimientos de rotación y la opacidad del Pentágono a la hora de precisar el despliegue en ciertas misiones complican la exactitud en cuanto a la distribución de las tropas.
En Irak ahora hay 12 brigadas de combate. Con los turnos de rotación en marcha, el número de soldados estadounidenses está pasando de 140.000 a 130.000. En Kuwait permanecen 30.000.
En Afganistán hay 17.900 soldados (el incremento en los dos últimos meses se debe a la necesidad de reforzar la seguridad ante las próximas elecciones).
Además, hay 75.000 soldados en Alemania, 5.100 en los Balcanes (Kfor y Sfor), 40.519 en Japón, 31.460 en Corea del Sur, 2.997 en Qatar, 1.151 en Filipinas y 1.893 en España, por citar algunos ejemplos.
El escenario elegido por la Casa Blanca para anunciar cómo contempla Bush las Fuerzas Armadas del futuro -la gran reunión anual de veteranos- tiene un inequívoco objetivo electoral.
La lucha para ganar el favor de los veteranos -más de 2,5 millones- es una de las más encarnizadas en las elecciones del 2 de noviembre, las primeras presidenciales que se celebran tras los atentados del 11-S y de las guerras de Afganistán en Irak. Hasta ahora, Bush ha disfrutado de una mejor percepción en cuanto a firmeza para ser, como acostumbra a decir, "un comandante en jefe capaz de enfrentarse a la guerra contra el terror y a los nuevos retos del siglo XXI".
Héroe de Vietnam
Pero Kerry, con su biografía de héroe de Vietnam y los testimonios de sus compañeros de patrulla que le acompañan de mitin en mitin, ha conseguido forjarse una imagen de líder que supo sacrificarse.
Además, se anticipó hace dos semanas al anuncio de mañana y se comprometió a recortar significativamente la presencia militar de EE UU en el mundo si gana las elecciones. Kerry, que coincide con el Pentágono en que hay que reducir los despliegues en Europa y Corea del Sur, promete una diplomacia de mayor cooperación internacional que podría permitir tener menos tropas en Irak.
Pero Bush se beneficia de uno de sus principales activos en la campaña: es el candidato presidente, no el candidato aspirante. La convención de veteranos se celebra en Cincinnati (Ohio) uno de los Estados clave en las elecciones. Bush ganó allí con una diferencia del 3,6% en 2000; los sondeos indican que Kerry tiene ahora una ventaja y, además, Ohio es uno de los Estados más afectados por la crisis económica.
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