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VIOLENCIA EN IRAK

Chalabi regresará a Irak para defenderse de la acusación de falsificación de dinero

El presidente del Consejo Político Chií fue durante años el mejor aliado de Estados Unidos

El presidente del partido Consejo Político Chií Ahmed Chalabi, anunció ayer que regresará a Irak para enfrentarse a las "mentiras" que le acusan de haber falsificado antiguos dinares iraquíes, y denunció que es víctima de una conspiración política organizada por leales al ex dictador Sadam Husein. También su sobrino Salem Chalabi negó su implicación en el asesinato de un alto cargo del Ministerio iraquí de Economía que investigaba las falsificaciones. Ahmed Chalabi fue durante años el mejor aliado iraquí de Estados Unidos.

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La Casa Blanca se ha limitado a decir que se trata de un problema "cuya solución depende de las autoridades de Irak, que ya han tomado las medidas adecuadas".

Desde Irán, el chií Ahmed Chalabi, acusado de falsificación de viejos dinares iraquíes que habría cambiado por nuevos en el momento en el que se sustituyó la moneda, aseguró ayer que el juez Al Maliky "ha intentado de manera continua manipular el sistema de justicia con objetivos políticos". Además, explicó que en su casa había algunas muestras de dinares falsos que él tenía como presidente del comité de finanzas del antiguo Consejo provisional de Gobierno.

Chalabi -cuya historia de problemas con la justicia se remonta a la condena en rebeldía impuesta en 1991, en Jordania, por fraude bancario- manifestó que el juez "no es un magistrado que actúa de buena fe, sino una persona descalificada que ocupa la posición que ocupa por decisión de las autoridades americanas de la ocupación". Chalabi aseguró que volverá dentro de unos días a Bagdad para enfrentarse "a las mentiras" de que se le acusa.

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Imperturbable, el juez declaró ayer a la agencia France Presse que Chalabi y su sobrino serán detenidos en el momento en el que entren en Irak. "No se trata de una mera citación judicial, los dos serán detenidos y comparecerán ante un tribunal de investigación", agregó. Si ninguno comparece, el juez emitirá solicitudes de extradición a las autoridades británicas e iraníes.

Su sobrino, Salem Chalabi, de 41 años, jurista formado en Estados Unidos y encargado de preparar las acusaciones contra Sadam Husein en el proceso que se seguirá contra él en Irak, vinculó ayer en Londres esas acusaciones con el interés de algunas personas en que el sumario contra Sadam se instruya de forma precipitada. En declaraciones a la BBC, Salem Chalabi manifestó que está en conversaciones con el presidente y el primer ministro de Irak para negociar las condiciones de seguridad en las que aceptaría regresar a Bagdad. "Quiero limpiar mi reputación. Estaba planeando mi regreso a Bagdad, pero me amenazan con meterme en la cárcel y eso es como si me mataran, porque las cárceles iraquíes están llenas de baazistas".

Salem está acusado de la muerte en abril pasado de Haitham Fadel, director general del Ministerio de Finanzas, quien estaba investigando las propiedades de la familia Chalabi en Irak y, según el juez Maliki, fue amenazado de muerte por Salem poco antes de ser asesinado. Éste declaró ayer a la BBC que no tiene propiedades a su nombre en Irak, que tiene pruebas de que estaba trabajando en su despacho cuando el funcionario fue asesinado y que no recuerda haberle conocido personalmente. "Nunca le he visitado en su oficina, como se dice", declaró.

Chalabi argumentó que las acusaciones contra él son un compló para torpedear su trabajo en el tribunal que juzgará a Sadam. Puso como ejemplo de ello el hecho de que, coincidiendo con estas acusaciones, la casa en que vive en Bagdad recibió dos impactos de mortero hace unos días. Y acusó al juez Maliki de haberle criticado en público porque no le gusta la manera en que está preparando el proceso contra Sadam. "Dice que no es un tribunal iraquí, sino algo internacional que le está siendo impuesto a Irak; que estoy escogiendo a la gente de acuerdo con mis objetivos políticos y mis ideas. Dice que escojo a los jueces directamente, pero eso no es así, porque yo no tengo el poder legal de escoger a los jueces, son el consejo judicial y el Gobierno quienes hacen eso", precisó.

Ahmed Chalabi fue, durante años, el mejor amigo del Pentágono, el hombre que convenció al Gobierno norteamericano de que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva listas para ser usadas. La organización opositora que dirigió antes de fundar su actual partido, que se denominaba el Congreso Nacional Iraquí (CNI), recibió hasta hace tres meses unos 340.000 dólares mensuales del Departamento de Defensa, a cargo del fondo aprobado por el Congreso en 1998 para ayudar a la oposición a Sadam Husein.

La gota que colmó el vaso del burlado Gobierno estadounidense para romper con él fue la constatación de que había pasado datos secretos a Irán, incluido que EE UU había conseguido hacerse con el código de comunicaciones secretas del Gobierno iraní.

El abandono de Chalabi se tradujo en el visto bueno de Washington a la operación de registro de su casa en Bagdad, en mayo, tras el cual el líder chií cortó sus relaciones con EE UU.

El Gobierno respaldó semanas después el nombramiento de Ayad Alaui -su rival desde los tiempos del exilio- como primer ministro del Gobierno provisional iraquí. Excluido del nuevo Ejecutivo iraquí, Chalabi (que dispone de amplísimos recursos y de una red política y familiar de enorme influencia) trabaja para afianzarse como líder populista civil de los chiíes.

Milicianos chiíes seguidores del clérigo Múqtada al Sáder disparan un mortero en Nayaf.
Milicianos chiíes seguidores del clérigo Múqtada al Sáder disparan un mortero en Nayaf.REUTERS

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