Copagos sanitarios
Menos ideología y más ciencia. Desde la lejanía asisto al debate sobre la conveniencia de hacer pagar un euro a los pacientes que realicen una consulta a un médico del sistema público. Los argumentos que se esgrimen, bien a favor o en contra, tienen un elevado tinte ideológico. Se echa en falta un enfoque más neutral que quiera obtener una respuesta en ausencia de ideas preconcebidas.
Nadie parece discutir la opción de realizar un experimento social que divida una pequeña parte de la población en personas que han de pagar un euro y personas que no. Transcurrido cierto tiempo se podrán recoger datos sobre estado de salud, utilización de servicios médicos, presión asistencial y satisfacción del paciente con el servicio. Esto permitiría juzgar las ventajas e inconvenientes del copago.
De esta manera se alejaría el debate de las tentaciones ideológicas y se fundamentaría en información científica. ¿Resultaría ético? Nada mejor que los profesionales de la salud para responder a esta pregunta, pues están acostumbrados a métodos aleatorios a doble ciego para evaluar los distintos tratamientos y fármacos. ¿Resultaría factible? Un experimento parecido se realizó por la organización Rand en Estados Unidos en la década de los setenta con unas 7.000 personas. ¿Resultaría caro? Seguramente mucho menos que el coste administrativo de recaudar los copagos. ¿Resultaría útil? Muchísimo. México, Colombia y Honduras están recurriendo a evaluaciones experimentales o cuasi experimentales de sus programas sociales de mayor dimensión (Progresa, Empleo en Acción, Familias en Acción) para tomar medidas de política social y económica. ¿Cuándo daremos este paso en España?
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