Ciencia y nacionalidad
Desconozco si España va bien o no, ya que llevo algún tiempo en otras latitudes; de lo que sí puedo hablarle es de lo que significa ser español cuando se vive en el mundillo de la investigación científica. Mientras el ser poseedor de la nacionalidad española es virtualmente una garantía de calidad cuando uno se dispone a conseguir una plaza, o beca, en el extranjero -dada la reputación ganada a pulso durante decenios por aquellos investigadores españoles que tuvieron que emigrar-, ser español es una lacra cuando se intenta acceder a ayudas gobernamentales.
Se siente mucha impotencia cuando un francés, alemán u holandés estudiando fuera de su país, sólo por serlo, pueden acceder a becas de sus gobiernos para hacer estancias en centros de investigación de primer nivel fuera de la UE, tal es el caso de Japón; mientras que un españolito tiene que acogerse en la misma situación a lo que le pueda dar el organismo correspondiente del país de acogida en el que se encuentre; que es nada.
¿Hasta cuándo las autoridades educativas españolas seguirán a eones de distancia de donde se encuentran la mayoría de sus científicos y docentes?
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