La soldado England pide que testifique el general Sánchez
El abogado defensor de Lynndie England, acusada de diversos cargos de torturas y malos tratos a prisioneros iraquíes de Abu Ghraib y que comparece desde el martes en una vista oral para determinar si debe ser juzgada en consejo de guerra, pidió ayer la presencia del general Ricardo Sánchez, antiguo jefe responsable del despliegue militar en Irak. La juez que se ocupa del caso no se comprometió a tramitar la solicitud, sino a estudiarla. El abogado, Rick Hernández, también solicitó el testimonio de la general Manis Karpinski, ex responsable de los reservistas y de la policía militar a cargo de las cárceles iraquíes.
La soldado England, de 21 años de edad y que aparece en dos de las fotos que simbolizan lo ocurrido en Abu Gharib -en una sostiene una correa que ata por el cuello a un iraquí tumbado en el suelo, y en otra señala sonriendo los genitales de otro preso-, responde a 13 acusaciones de abuso de los detenidos. Podría recibir, en caso de ser considerada culpable, hasta 38 años de cárcel.
En la sesión del miércoles, varios testigos describieron un comportamiento generalizado de desobediencia y desorden por parte de la soldado England, cuya línea oficial de defensa es que cumplió órdenes. El jueves, esa línea fue de nuevo puesta en cuestión con el testimonio de la capitán Carolyn Wood, responsable del espionaje militar y encargada de los interrogatorios en la cárcel, que dijo que nada de lo que muestran las infames fotos, tomadas en octubre y noviembre de 2003, fue aprobado por los superiores. Wood aseguró que no sabía lo que estaba ocurriendo: "No tengo palabras para describir mi reacción cuando vi esas fotos". El soldado Israel Rivera, subordinado de Wood, dijo que cuando supo lo que un grupo de policías estaban haciendo, no lo reveló a sus superiores, pero sí a compañeros suyos, que lo denunciaron a otros guardias.
Todos estos testimonios refuerzan la tesis -defendida por el aparato del espionaje militar del Pentágono y respaldada en parte por las conclusiones del informe Taguba- de que la soldado y varios compañeros suyos de la 372 Compañía de Policía Militar actuaron por su cuenta en las torturas.
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