Primus inter pares
Al margen de los azotes de María Teresa, la idea no está tan mal: reunirnos bajo el mismo techo ministros y dirigentes del PSOE, para... para.... para... En fin, para nada. Se trata de que "aprendamos a estar en la escena pública". Una de esas iniciativas profundamente imaginativas de la gente de comunicación y tal. Dicen que necesitamos más desenvoltura, más aplomo, más nosequé, a veces te dicen: más tuyasabes. La gente de comunicación es muy moderna. Sea como fuere, cada cual trabajará su punto débil: Carmen Calvo debe estar callada, por lo menos media hora al día; Jordi Sevilla debe sonreír sin motivo; Jesús Caldera hace sumas y restas; Moratinos está escribiendo una hagiografía de George W. Bush; Magdalena Álvarez tiene que copiar un trillón de veces Viva el Plan Galicia de mier; Trini ensaya gestos sin glamour, etc. Yo trabajo un poco todos los aspectos, porque necesito mejorar en todo, según Pepe Blanco, que es quien organiza el cotarro.
-No porque seas incopetente, presidente, entiéndeme el conceto. Es porque eres primus inter pares, y como primus inter pares, pues oye, apechuga.
El objetivo es que cada cual encuentre su papel. Dicen que no llenamos la escena, y que la gente sólo nos identifica por un rasgo a cada uno, y que eso es más propio de la aldea de los pitufos que del Gobierno de la Nación.
-Pero yo soy el bueno, ¿no, Pepe? El líder bondadoso. Lo escribieron en The New York Times: El líder bondadoso. Eso ya es un rasgo importante.
-¡Un rasgo, ése es el problema! -golpea Pepe Blanco el aire con el dedo índice, con la rabia que me da eso-. Que sólo tienes un rasgo. Eres el bueno. Eres instrumento de una sola nota, José Luis. O, si prefieres, actor de un solo conceto.
-Y tú, ¿desde cuándo diriges actores o sabes de instrumentos?
-Yo estudio lo que sea y organizo, aunque el operativo es de Pepe Bono.
-A cualquier cosa se le llama operativo -dije, pasándome la mano por los morros. Aún me dolía el puñetazo del ministro de Defensa.
El reglamento es profundamente sencillo: cada uno de nosotros debe buscar su papel y, quien lo encuentre, sale de la casa y se va de vacaciones. Pepe Bono ya ha cumplido: nadie tiene dudas sobre su papel en la escena pública. Pepe Bono es... Pepe Bono viene a ser... En fin, Pepe Bono es Pepe Bono. De toda la martingala, me preocupaba profundamente el sistema de eliminación, muy del estilo de los lamentables programas de telebasura.
-Hemos consultado al comité de sabios, José Luis, y no hay problema mientras esto no salga por la tele.
De manera que tengo que aprender a ser malvado. Pues manos a la obra. Eso está chupao. Ahí va la segunda estrofa de la Oración del Buen Talante: Cuando las cosas van mal, / cuando todo va fatal, /no hay que desesperar, / seguro que habla Aznar / y subimos tres puntos en la encuesta.
El último verso adolece de varias cosas, pero ya tiene alguna dosis de perversidad, ¿no? ¿No? ¿Seguro que no? ¡Canastos! ¿Qué se supone que tengo que hacer?
¿Inventar una pócima como el Doctor Jeckyll?
Seguro que mi Míster Hyde sería aún más bondadoso. Como decía Borges: Es lo que hay.
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