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Una oleada de atentados en Irak se cobra 11 muertos

Una nueva oleada de atentados de los insurgentes provocó entre la noche del lunes y ayer la muerte de cuatro soldados estadounidenses y de siete policías iraquíes en Bagdad y en el oeste del país, la zona más castigada por los ataques de la resistencia. Los incidentes se produjeron poco antes del regreso del primer ministro del Gobierno interino de Irak, Ayad Alaui, quien ha intentado en una gira por los países vecinos recabar apoyo para estabilizar su país.

Seis de los agentes iraquíes fallecieron ayer en un puesto de control de Baquba, a 65 kilómetros al norte de Bagdad, contra el que se lanzó un coche bomba suicida, según informó a Reuters el teniente de la Guardia Nacional Iraquí Mohamed al Dulaimi.

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La séptima víctima de las fuerzas de seguridad iraquíes, el jefe de la comisaría de policía del distrito de Mansur de Bagdad, coronel Moayad Mahmud Bashar, murió ayer por la mañana cuando el vehículo en el que viajaba fue alcanzado por una bomba. Los dos agentes que le acompañaban resultaron heridos.

En cuanto a los soldados estadounidenses, dos de ellos murieron al recibir en la noche del lunes un ataque con bomba en una carretera de Bagdad. Los otros dos, que eran marines, fallecieron a consecuencia de una operación militar en la provincia de Al Anbar. Uno de ellos murió durante la intervención a la que fue sometido ante la gravedad de sus heridas.

Con estas muertes, el balance de soldados estadounidenses fallecidos en combate en Irak desde el inicio de la invasión asciende a 681, según el cómputo del Pentágono.

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Pakistán no enviará tropas

Por otra parte, el ministro de Información paquistaní, el jeque Rashid Ahmed, afirmó ayer que su país no enviará tropas a Irak, tan sólo unas horas después de que el primer ministro anunciara que dicha decisión no se tomaría en contra de la voluntad de su pueblo. "No vamos a enviar tropas. Si otros países están retirando las suyas, ¿para qué vamos a enviarlas nosotros?", manifestó el ministro en una rueda de prensa en Lahore.

El envío de tropas es una cuestión sumamente delicada en Pakistán, especialmente después de que dos de sus ciudadanos, secuestrados mientras trabajaban en Irak, fueran asesinados por los insurgentes la semana pasada. De hecho, el Gobierno paquistaní recibió muchas críticas por no haberse pronunciado entonces claramente sobre su posición, sobre la base de que podría haber salvado a los dos trabajadores.

Hasta ahora Pakistán sólo se ha mostrado a favor de enviar a su Ejército en misión de paz y bajo el mando de Naciones Unidas.

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