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Reportaje:

La última feria de la Blanca

El Ayuntamiento de Vitoria decidirá en septiembre el futuro de la zona de la plaza de toros

Las corridas de toros de La Blanca de 2004 pueden ser las últimas que se celebren en la vieja plaza de la intersección de las calles Florida con Los Herrán. La expectación se mantendrá durante toda la feria, a la espera de lo que decida el pleno del Ayuntamiento en septiembre. Sobre la mesa, la remodelación de una parcela en forma de trapecio irregular de 35.000 metros cuadrados, que correría a cargo de FCC, con un proyecto de los arquitectos alaveses Javier Mozas y Eduardo Aguirre.

Entre las cinco propuestas que se presentaron al concurso restringido, la de Mozas y Aguirre ha sido la mejor valorada por los técnicos municipales, con una puntuación de 69,05 sobre 100. En segundo lugar se ha considerado la del arquitecto Francisco de León con la constructora Vallehermoso-Sarkis (64,1); y por detrás, el proyecto de Pablo Carretón, José Luis Barrón y Juan Ciudad para Jauregizahar (51,7) y el de Manuel Blasco y José Manuel Arellano para Urco Urbasa (48,2). Los informes de los distintos departamentos municipales han dejado en último lugar al proyecto que se presentaba como estrella, el del arquitecto Jean Nouvel encargado por las constructoras Vascongada de Edificaciones y Urbasco (44,4). Este mal puesto obtenido por el pritzker galo se ha debido a la falta de concreción en el desarrollo de su proyecto.

La remodelación urbanística tendrá un presupuesto de 90 millones

La reforma de la parcela de la plaza de toros ha sido una operación compleja y polémica desde que la puso en marcha el Ayuntamiento cuando todavía era alcalde José Ángel Cuerda y que Alfonso Alonso convirtió en prioritaria. La parcela, más que apetitosa, situada en el centro de Vitoria, junto a las vías del tren que se prevé soterrar en breve, ha vivido distintos intentos de reforma infructuosos. Cuando en noviembre de 2003 se presentaron los cinco proyectos de concurso restringido, parecía que por fin el viejo coso de Vitoria tenía los días contados. El pliego de condiciones del concurso y el plan especial de la zona necesario para reurbanizar la zona se habían aprobado por consenso de todos los grupos municipales.

En resumen, se pedía a las promotoras la construcción de una plaza multiusos cubierta con capacidad para más de 6.000 espectadores, un aparcamiento con 600 plazas como mínimo, la reordenación urbanística de la zona y la aportación a las arcas municipales de por lo menos 3 millones de euros. A cambio, la posibilidad de gestionar la venta de miles de viviendas, oficinas y otros equipamientos privados en esta zona privilegiada. La propuesta de la poderosa FCC de Esther Koplowitz, ha sido la elegida, entre otras razones, por sus certificados de calidad y la mejora de los equipamientos respecto a los mínimos previstos.

La empresa que dirige el ex dirigente del PP, Marcelino Oreja, también ofrece las mejores contrapartidas para el Ayuntamiento, según los técnicos. El proyecto, que tendrá una inversión total de 90 millones, supondrá para las arcas municipales el ingreso de 7,3 millones en metálico. Y además, la ciudad ganará un pabellón mutiusos, una plaza pública de 12.000 metros cuadrados que se pretende que se conserve diáfano para organizar grandes conciertos al aire libre, un aparcamiento, un edificio de 500 metros cuadrados, así como los espacios bajo grada. La obra se financiaría con la venta de 96 viviendas a precio libre. Precisamente, este último punto es el crítico, el que puede llevar a que la feria de La Blanca de 2005 se celebre en el viejo coso.

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El escollo de la vivienda libre

La decisión final está en manos del PNV. El Partido Popular, con el alcalde Alfonso Alonso a la cabeza, está dispuesto a respetar la decisión de los técnicos municipales. El PSE, que siempre expresó ciertas reticencias a esta operación, se muestra ahora decididamente en contra. Y los nacionalistas, segunda fuerza en el Ayuntamiento de Vitoria, le han pedido al alcalde tiempo para pensar su decisión, solicitud que Alonso ha aceptado. Se presenta, así, un agosto dedicado más a la cocina política que a la degustación gastronómica propia del mes de vacaciones. Los tiempos han cambiado en la política vasca y, sobre todo, en la alavesa.

El PSE, crecido tras la victoria en las pasadas elecciones generales, ve posible el sorpasso y el gobierno de las instituciones de la comunidad autónoma y la provincia. Así que sus reparos iniciales a un proyecto que ofrece luces y sombras por igual se han convertido ahora en oposición rotunda. Para los socialistas, la reforma de esta manzana es pura especulación con suelo público. El concejal de Urbanismo, Jorge Ibarrondo, expresaba hace unos días su indignación con quienes hasta hace poco eran sus socios constitucionalistas. "No comprendo este cambio del PSE cuando hace seis meses se aprobó por consenso el pliego de condiciones. Nuestra política de vivienda protegida se desarrolla en Salburua y Zabalgana. Se niegan a la reforma de la plaza de toros porque esta operación se financia con la construcción de vivienda libre y aducen la posible revalorización de la zona, ¿entonces también se opondrán al soterramiento de las vías, que también conllevará una subida de los precios?".

El PNV, al que también le llegan los cantos de sirena del PSE alavés, se convierte así en el apoyo necesario para que Alonso saque adelante su proyecto. Quizás por ello, el alcalde se ha mostrado generoso y ha rectificado su afirmación de que antes de La Blanca se adjudicaría a FCC la reforma de la plaza de toros. Quién le iba a decir a los nacionalistas hace un año que sus votos iban a ser tan preciados.

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