Todos los partidos apoyan la creación de un pacto contra el terrorismo islamista

Ninguna fuerza política duda de la necesidad de un pacto para luchar contra el terrorismo internacional. El punto de la discordia está en crear uno nuevo, ampliar el existente o mantener dos pactos distintos. Pacto sí, pero con consenso y sin exclusiones. Esa es la exigencia de los partidos minoritarios, que apuestan por la unión para afrontar la lucha contra todo tipo de terrorismo y reclaman que se trabaje por un nuevo gran acuerdo que evite exclusiones como las generadas por la redacción del actual pacto contra ETA, cuyo preámbulo "deja fuera a los nacionalistas democráticos", según el PNV.

Los portavoces de los grupos minoritarios, PNV, CiU, ERC, IU y el Grupo Mixto en la comisión de investigación del 11-M, esperan que, cuando concluyan sus trabajos, uno de los principales frutos sea la creación de ese nuevo gran pacto contra todo tipo de terrorismo.

Tanto si se modifica el actual pacto, si se elabora uno nuevo o si se decide optar por dos acuerdos distintos, exigen que todos los partidos, sin excepción, estén representados.

El PSOE se inclina, al igual que el Gobierno, por dos pactos diferenciados. Sin embargo, el PP no considera que la comisión tenga que alumbrar ningún acuerdo en esta materia. El diputado popular Vicente Martínez-Pujalte considera que "lo normal será sentarse y hablarlo, pero no hay que confundir el pacto con la comisión. En cualquier caso, la postura de mi partido la dejó clara hace poco Mariano Rajoy". El líder del PP declaró esta semana en El Escorial que no está dispuesto a que se cambie ni una coma del preámbulo del pacto contra ETA, por lo que la única opción a la que estaría abierto su partido es a apoyar un compromiso específico contra el terrorismo internacional.

La redacción del Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo, firmado en 2000 por el PP y el PSOE para luchar contra la banda terrorista, hizo que muchas formaciones no quisieran firmarlo y provocó heridas que todavía hoy siguen abiertas. El preámbulo de la discordia vincula la incorporación del nacionalismo vasco al consenso antiterrorista a que éste rompa con la estrategia de Estella, entendida como "la imposición de la autodeterminación para llegar a la independencia del País Vasco".

El ministro del Interior aseguró el pasado día 26 en los cursos de verano de El Escorial que se estaba valorando "muy seriamente" la posibilidad de adaptar el pacto a los nuevos desafíos del terrorismo internacional islamista. Pero en su comparecencia ante la comisión, el jueves, matizó: "Yo de lo que hablé no fue de ampliar el actual pacto sino de hacer uno específico en materia de terrorismo islámico".

El debate ya se había encendido. Los partidos minoritarios hacen piña y exigen que el vigente acuerdo sea reformado para dar cabida a todos, o se empiece de cero con uno nuevo. Jordi Jané portavoz de CiU en la comisión de investigación, indica que el pacto contra ETA fue un gran error porque engloba sólo al PP y al PSOE y "deja fuera al PNV". "Nosotros nos negamos en aquel momento a firmarlo", recuerda. Lo más importante, indica, es que el nuevo pacto integre a todos, y para eso hay que eliminar el actual preámbulo: "Esa es la premisa básica, después ya discutiremos si tiene que haber un pacto o dos".

Una opinión con la que coincide el portavoz de ERC en la comisión, Agustí Cerdà: "Los nacionalistas también queremos aportar nuestra visión y nuestras soluciones. No se puede excluir a nadie en estos temas por prejuicios ideológicos". Cerdà se queja de que se propongan medidas en el seno del pacto antiterrorista contra ETA "entre dos partidos y después se reclame el consenso al resto de las formaciones". Asegura que apoyarán un pacto en materia antiterrorista internacional, "pero lo razonable es que haya uno solo". La intervención de la comisionada del PNV Margarita Uria en el Congreso, el jueves, acabó con un ruego: "Que existiese un único pacto abierto a todas las formaciones y que se hiciese desaparecer ese preámbulo que resulta claramente ofensivo para las formaciones nacionalistas". Su compañero de partido, el diputado Emilio Olabarria considera que "ni para luchar contra ETA hay que atacar a los partidos nacionalistas; ni para acabar con el terrorismo islamista hay que criminalizar al islam". Y apuesta por un solo pacto y la unión de todos los partidos "porque combatir estos fenómenos es un problema de Estado".

Aunque no considera la coexistencia de dos pactos muy comprensible, Gaspar Llamazares, coordinador de IU, asegura que no se cierra a ninguna opción, "ya sea la superación del actual pacto contra ETA o la vía de conciliar durante un tiempo este último con otro más abierto contra el terrorismo islamista".

El portavoz del Grupo Mixto en la comisión y diputado de la Chunta Aragonesista, José Antonio Labordeta, apela también al consenso: "Yo me cargaría el pacto firmado por el PP y el PSOE y haría un pacto nuevo que abordara los nuevos problemas que hay, que son totalmente distintos a los que teníamos antes. Y por supuesto con todas las fuerzas políticas".