España y Marruecos cierran un acuerdo para enviar una fuerza conjunta a Haití
El Gobierno acelera las gestiones diplomáticas para promover una solución en el Sáhara
España y Marruecos cerraron ayer un acuerdo sin precedentes en su historia por el que cerca de un centenar de efectivos marroquíes se integrará en el contingente español, de aproximadamente la misma dimensión, que el Gobierno va a enviar a las tareas de estabilización y reconstrucción de Haití. La respuesta positiva a la petición que el rey Juan Carlos hizo en este sentido fue transmitida ayer personalmente por Mohamed VI al propio jefe del Estado y al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El acuerdo coincide con una aceleración de las gestiones españolas sobre el Sáhara.
El contingente aún no está perfilado en sus detalles, pero existe ya el acuerdo de que su núcleo esencial sea un batallón de infantería o infantería de marina, bajo mando español y con un cuartel general conjunto. Lo integrarán dos compañías, de las que, en principio, una será española y otra marroquí. El total de efectivos quedará entre 200 y 240. España se hará cargo de todos los servicios logísticos y de apoyo a esta fuerza, según fuentes de Defensa.
Tanto en el debate del pasado 1 de julio, en el Congreso, sobre el envío de misiones a Afganistán y Haití, como en la posterior visita al país caribeño de la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, y en los contactos que el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, mantuvo la semana pasada con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y las autoridades brasileñas, el Gobierno informó de que el contingente integraría a guardias civiles y policías. Carlos Gómez Arruche, director del instituto armado, concretó, durante la visita de Pajín, las cifras de 18 guardias civiles y 10 policías.
Todo indica, en cualquier caso, que la fuerza conjunta hispano-marroquí que se desplazará a Haití será primordialmente militar. Annan pidió de modo expreso a Moratinos que se integrara en la fuerza alguna unidad de ingenieros para cooperar en la reconstrucción de puentes y otras infraestructuras.
La resolución 1.542 aprobada el pasado 30 de abril por el Consejo de Seguridad de la ONU, por la que se creó la Misión de las Naciones Unidas de Estabilización en Haití (MINUSTAH), aspira a reunir un máximo de 6.700 cascos azules y 1.622 policías, pero pese a los esfuerzos de Brasil, que ha aportado 1.200 soldados y comanda la fuerza, y de Chile, cuya aportación sigue en importancia, el estadillo actual apenas supera los 4.000 efectivos, lejos de la meta propuesta.
Más que en su impacto numérico, la importancia de la contribución hispano-marroquí reside, sin embargo, en el alto valor simbólico que tiene para dos países que hace dos años, en estas mismas fechas, casi llegaron a las armas por el islote de Perejil. No en vano Marruecos sigue figurando como una de las grandes preocupaciones en las líneas generales de la estrategia de Defensa española.
José Luis Rodríguez Zapatero ha buscado, de hecho, una posibilidad de cooperación con Rabat en este terreno que expresara de un modo concreto, por su alto valor simbólico, el cambio de situación entre los dos países y la superación definitiva de las tensiones vividas durante la etapa de José María Aznar.
Habida cuenta de que tropas españolas ya cooperaron en Bosnia, en 1996, aunque bajo mando francés y en un contexto de la OTAN que no tiene nada que ver con el del acuerdo bilateral cerrado ahora, el Gobierno consideró inicialmente situar la nueva operación conjunta en Afganistán. El objetivo de cooperar con Marruecos en un país islámico era ambicioso, y enseguida incluyó a Haití como alternativa.
La petición española de cooperación a Marruecos se concretó en la carta de Don Juan Carlos que el ministro de Defensa, José Bono, transmitió personalmente al rey Mohamed VI en Tánger, el pasado 15 de julio. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, informó a la prensa al día siguiente que se trataba de una carta privada.
En las conversaciones que Bono mantuvo el mismo día con el ministro delegado marroquí de la Defensa, Abderramán Sbai, y con el inspector general de las Fuerzas Armadas Reales, Abdeljak Kadiri, quedó claro que las posibilidades de trabajo conjunto se concretarían en Haití.
En un comunicado emitido ayer, Zapatero "agradece calurosamente" la decisión marroquí y destaca que el envío de esta fuerza conjunta "servirá también para estrechar significativamente los lazos que unen a España con Marruecos".
Madrid aprovecha paralelamente la pujanza de este impulso de aproximación con Rabat para multiplicar su actividad diplomática en torno al Sáhara, en una búsqueda de equilibrio que le puede llegar a ocasionar fricciones con todas las partes, incluido Marruecos.
Las fórmulas de amplias transferencias de soberanía, especialmente en los temas económicos, y asignación de símbolos nacionales que sondea la diplomacia española como base del acuerdo pueden, en efecto, generar tanta suspicacia en Rabat como las sugerencias de posponer el referéndum en aras del compromiso a largo plazo suscitan en Argel y Tinduf. Son los riesgos que derivan siempre de un equilibrio entre dos partes enfrentadas.
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