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Reportaje:

El claustro que no llega

Los gobiernos madrileño y valenciano confirman en la Valldigna el retorno de la joya gótica anunciado hace casi un año

En septiembre de 2003, el consejero de Cultura, Esteban González Pons, anunció que el claustro del Palacio del Abad regresaría a su lugar de origen en diciembre. La Generalitat acababa de adquirir la pieza (un claustrillo formado por diez arcos góticos de piedra arenisca) por 1,1 millones de euros, tras un acuerdo de compra-venta con los propietarios del palacio madrileño del Canto del Pico, ubicado en Torrelodones, donde la joya arquitectónica fue trasladada en 1920. Se dieron también entonces por superadas las desavenencias entre las distintas administraciones (la de Madrid, la de Valencia y el Ayuntamiento madrileño, todas ellas en manos del PP) para el regreso del claustro. El tiempo demostró que el ambiente no era tan favorable. En visitas posteriores del consejero, de autoridades de la Generalitat, y del Ayuntamiento de Torrelodones, se anunciaron nuevas fechas: en marzo, en abril... Ha pasado casi un año y ni una sola piedra de la arcada se ha movido.

Ayer, una delegación de Cultura del Gobierno de la Comunidad de Madrid, encabezada por el consejero Santiago Fisas y el director general de Patrimonio, Javier Hernández, visitó el monasterio de Santa María de la Valldigna. Junto a ellos, una representación municipal del Ayuntamiento de Torrelodones. Allí les esperaban sus homólogos en la Generalitat Valenciana, el consejero de Cultura, Esteban González Pons, el secretario autonómico de Cultura, David Serra, otros altos cargos del departamento y los alcaldes de la Valldigna. En el encuentro se pretendía acercar a las dos administraciones para intentar disipar los impedimentos al retorno del claustro. El Gobierno valenciano trasladó además a la delegación madrileña la importancia patrimonial del monasterio para los valencianos, y les mostró la labor desarrollada para su recuperación y consolidación. Un proceso que la Generalitat inició en 1991, cuando adquirió el edificio.

El acto convenció a casi todos. "Éste es un día de hermanamiento y fraternidad entre la Comunidad Valenciana, la de Madrid y ayuntamientos, y un ejemplo de que hay que acabar con las disputas" entre administraciones, dijo González Pons. El consejero madrileño, Santiago Fisas, anunció que convocará, a principios de septiembre, una reunión de la Comisión de Patrimonio Histórico de Madrid para abordar el cambio de catalogación del palacio del Canto del Pico. La propuesta del Gobierno madrileño es descalificar el edificio como BIC e incluirlo en el inventario autonómico de bienes históricos. El palacete se encuentra afectado por un complejo entramado legal, ya que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) e incluido en el paraje protegido del parque natural de la Cuenca Alta del Manzanares. Una situación que impide cualquier actuación en el edificio, incluido el desmontaje del claustro. Fisas y el alcalde de Torrelodones, Carlos Galbeño, se muestran favorables al cambio de clasificación del edificio.

En la expedición viajaba también el portavoz municipal de IU, Miguel Ángel Mur, impulsor de una plataforma cívica que defiende el interés "histórico y cultural" del edificio. Su partido es el que más reticencias pone a la desafección del claustrillo. Ayer aclaró que "no está en contra" del retorno de la pieza, pero criticó que para ello se tenga que modificar la catalogación del Canto del Pico como BIC. Del encuentro se extrajo como conclusión que los gobiernos autonómicos quieren agilizar el traslado del claustro a la Valldigna. Para ello habrá que superar antes la reclasificación del palacio del Canto del Pico. Nadie quiso esta vez aventurar plazos.

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