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Marruecos se queja de la peligrosidad de algunos artículos que entran por Ceuta y Melilla

España es, de hecho, el primer suministrador de Marruecos, por delante de Francia, gracias al contrabando que se genera a través de Ceuta y Melilla. El dato es de sobra conocido por las administraciones de ambos países, que hasta ahora lo omitían públicamente. Un alto cargo marroquí rompió ese tabú a finales de la semana pasada y lo reconoció en un seminario con periodistas españoles al tiempo que se quejó del peligro que suponen algunos artículos de contrabando.

"Si se añade lo que entra a través de estos enclaves, España es el primer cliente de Marruecos", afirmó Driss Behima, director general de la Agencia del Norte, creada para desarrollar esa región del país. "Aunque esas cifras no aparezcan en la estadística oficial, las estimaciones de nuestros expertos, que considero serias, avalan esa hipótesis", añadió.

Los porteadores trasladan anualmente, de Ceuta y Melilla a Marruecos, mercancías por valor al menos de 14.000 millones de dirhams (1.300 millones de euros), que se añaden a los 15.000 millones de exportaciones legales españolas en 2003, según estadísticas marroquíes. Francia vende a Marruecos por un importe de 28.000 millones de dirhams. España supera, por tanto, a Francia por 1.000 millones dirhams (93 millones de euros), según Behima.

El desarrollo del Rif

Aunque el contrabando es un empleo informal que ejercen unas 45.000 personas -muchas más viven indirectamente de él- supone, no obstante, un obstáculo para el desarrollo del Rif. "Es difícil que en un ambiente de economía informal surjan potentes actividades formales", se lamenta Behima. "Lo informal penaliza la aparición de una economía saneada", añade. Más concretamente, Behima se queja de que, a través de las dos ciudades, se introducen en su país "productos alimenticios caducados". En Ceuta y Melilla se modifican las etiquetas con la fecha de prescripción para que el yogur o el queso sigan siendo aptos al consumo unos días o semanas más.

También se exportan, asegura el director general, "artículos de imitación" de marcas de lujo y otros que "no cumplen los requisitos de seguridad para ser vendidos en la Unión Europea". Behima rehúsa poner ejemplos, pero en la zona es conocido que unos mecheros chinos, que no pueden ser comercializados en España porque estallan con facilidad, entran en Marruecos desde los enclaves.

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Pese al dinero que mueve, el tráfico de hachís supera al contrabando como primer pilar de la economía del Rif. Un estudio efectuado conjuntamente por la Agencia del Norte y Naciones Unidas indicaba, el año pasado, que los cultivadores marroquíes de hachís se obtienen anualmente 2.000 millones de dirhams (186 millones de euros) mientras que los traficantes marroquíes se embolsaban unos 15.000 millones (1.393 millones de euros).

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