Oposiciones musicales

Irregularidades en los tribunales de violonchelo y viola Somos el colectivo de opositores al cuerpo de profesores de conservatorios de la Junta de Andalucía de la especialidad de violonchelo y viola y queremos informar públicamente la disconformidad de los resultados de la primera prueba de dichas oposiciones que vienen realizándose desde finales de junio.

El primer aspecto a resaltar es la disparidad entre el número de plazas ofertadas y el número de personas que han superado el primer examen, ya que habiéndose ofertado 30 plazas en la especialidad de viola y 14 en la de violonchelo únicamente han superado el primer examen 5 personas en cada especialidad. Sin embargo no es el único aspecto sorprendente, puesto que las calificaciones obtenidas son claras y contundentes, con una nota media en la especialidad de viola de 2.7492 con 50 opositores activos y en la de violonchelo de 2.7450 con 46 activos. Creemos imposible que los criterios de evaluación sean coherentes teniendo en cuenta unos resultados tan bajos, de ahí que se solicite una aclaración o presentación explícita de los mismos.

Hay que enfatizar que la practica totalidad de los opositores están en posesión del Grado Superior de Música, sus curriculum vitae indican una extendida carrera profesional en mucho de los casos, y estos datos resultan aún más sorprendentes cuando la mayoría de los perjudicados llevan años impartiendo clases en los conservatorios andaluces. Por tanto, nuestra lectura de todo esto, es que nos permiten trabajar en condiciones de inestabilidad (con movilidad continua por Andalucía) pero parece ser que no estamos preparados para optar a un puesto de trabajo digno y estable.

Por otra parte, hay que resaltar el hecho de que nuestro colectivo es bastante reducido y que los miembros del tribunal son o han sido en muchos casos compañeros en distintas agrupaciones musicales, conocemos pues su currículum y su labor como docentes.

Por ello, ponemos en conocimiento la existencia de una duda razonable sobre la capacidad para valorar de forma objetiva las pruebas de acceso, ya que la diferencia existente entre la preparación del tribunal y los concursantes a las pruebas es meramente administrativa. Esta diferencia no justifica la infravaloración de forma tan despreciable a nuestra preparación.

Finalmente, estos resultados muestran una falta de respecto hacia los propios opositores, al tiempo que han empleado de forma paralela a la docencia impartida durante este año, el esfuerzo, dinero que implica el traslado y la contratación de un pianista acompañante para la prueba práctica y sobre todo, la ilusión de muchas personas. Además, se plantean dudas a resolver en el sistema de evaluación: ¿Es tan bajo el nivel del opositor que se presenta y tan alto el de los miembros que conforman dichos tribunales?¿Se está juzgando realmente la capacidad para dar clase?