Borrell, elegido presidente del Parlamento Europeo con el voto de los populares

El socialista español José Borrell fue elegido ayer por mayoría, en votación secreta, presidente del Parlamento Europeo, el más grande del mundo democrático (732 escaños) y el primero de la Europa unificada de 25 países. Contó con casi 200 votos de los conservadores del Partido Popular Europeo (PPE), con quien el Partido de los Socialistas Europeos (PSE) ha suscrito un "acuerdo técnico" para repartirse los cinco años de la presidencia de la Cámara entre los dos grandes grupos. El éxito español fue doble porque después fue elegido vicepresidente primero Alejo Vidal-Quadras (PPE).

Borrell -de origen catalán al igual que Vidal-Quadras- derrotó al primer intento a los otros dos candidatos, el liberal polaco Bronislaw Geremek y el izquierdista francés Francis Wurtz, al conseguir 388 votos frente a 208 y 51, respectivamente, de sus oponentes. Ninguna sorpresa. La alianza del PPE (268 escaños) y PSE (200) para repartirse la presidencia de esta legislatura funcionó casi como un reloj. Casi, porque la apisonadora de conservadores y socialistas echó de menos 80 votos que, según distintos eurodiputados, procedían en buena medida de los escaños de países del Este que prefirieron apoyar al polaco Geremek.

Borrell será el tercer español presidente de la Eurocámara tras Enrique Barón (1989-1992) y José María Gil-Robles (1997-1999). Gracias al acuerdo entre los dos grandes partidos, Borrell presidirá la Cámara la primera mitad de la legislatura (julio 2004-enero 2007) y será sustituido en la segunda por un dirigente del PPE, quizá su líder, el alemán Hans-Gert Poettering. Sólo una duda quedó en el aire: si ese "acuerdo técnico" incluirá que los socialistas apoyen mañana al candidato a presidir la Comisión Europea, el conservador portugués José Manuel Durão Barroso, uno de los líderes europeos que apoyó la guerra de Irak.

Borrell y el jefe de su grupo, el alemán Martin Schulz, así como el líder de los populares españoles, Jaime Mayor Oreja, negaron tal compromiso, pero el jefe del Grupo del PPE, Poettering, dijo confiar en que el PSE cumpla su palabra. Designado por todos los jefes de Estado y Gobierno, Barroso contará con muchos votos socialistas. "No es socialista, pero tampoco es Aznar", avanzó ayer Borrell.

Europeo, español y catalán

"Pertenezco a la generación de españoles que, con Europa en el horizonte, protagonizó la transición a la democracia", había dicho el socialista español al pleno al presentar su candidatura. "Europa es para mí un proyecto vital", añadió, para lanzar después un guiño a los nacionalistas: "Soy europeo tanto como español y com també sóc catalá (como también soy catalán)", dijo ante una Cámara que utiliza ya 20 idiomas como lenguas oficiales, pero no el catalán. "Un gesto para la galería", criticó, aun así, el eurodiputado de CiU Ignasi Guardans.

La llamada a lograr la aprobación de la Constitución europea -"convoco a todos los parlamentarios a la gran tarea de la ratificación constitucional"-, la superación de divisiones entre nueva y vieja Europa -"todos hemos sido alguna vez nuevos en la Unión"- o su apuesta por la dignidad de los eurodiputados en el terreno salarial o de las prebendas -"tenemos que eliminar cualquier zona de sombra"- fueron algunos de los destacados puntos programáticos para esta nueva etapa parlamentaria.

El polaco Geremek, ex dirigente de Solidaridad y ex ministro de Exteriores, recordó que procede del país que ha sido protagonista "en todos los dramas de Europa", mientras el francés Wurtz, de Izquierda Unitaria Europea, criticó a líderes y dirigentes que "se han unido para apoyar a Bush en sus aventuras guerreras". Fuertes aplausos a los dos, pero el resultado estaba cantado. Después, liberales, verdes e izquierdistas salieron en tromba contra el pacto de los grandes.