Moratinos urge a Venezuela para que haya observadores europeos en el referéndum

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, urgió ayer a su colega venezolano, Jesús Arnaldo Pérez, para que el régimen de Hugo Chávez acepte la presencia de observadores internacionales, y especialmente europeos, en el referéndum sobre la continuidad del presidente en su cargo, convocado para agosto.

Chávez se ha mostrado dispuesto a aceptar tales controles, pero demora la respuesta a las peticiones concretas. "Ha habido un cierto retraso en las negociaciones para que la presencia europea se haga realidad. Esperamos en este tramo final garantizar nuestra presencia", dijo ayer Moratinos, en la rueda de prensa conjunta que celebró en Madrid con Pérez.

"Aceptaremos cualquier resultado, sea favorable o desfavorable. Todo es posible dentro de la Constitución, nada fuera de ella", dijo, por su parte, el venezolano, en relación con la difícil campaña desarrollada por la oposición a Chávez para reunir los cerca de dos millones y medio de firmas necesarias para que se celebre la consulta de censura al jefe de Estado.

Moratinos mantuvo esta entrevista ayer, horas antes de iniciar su primera gira por América Latina, que le llevará a Brasil y Colombia, con una escala previa en Nueva York, donde hoy se entrevistará con Kofi Annan, secretario general de la ONU.

El ministro viajará acompañado por una delegación parlamentaria, que integrará a representantes de todos los partidos con representación propia menos el PNV, que ha declinado la invitación al viaje.

Un objetivo claro de este formato de visita internacional, que no tiene precedentes, es, según fuentes diplomáticas, implicar al Parlamento "en la elaboración y puesta en práctica" de la política exterior española. Se trata, en definitiva, de reconstruir el consenso sobre una política de Estado roto en torno a Irak y cuya necesidad en estos momentos resulta especialmente acuciante debido a la próxima convocatoria del referéndum sobre la Constitución europea.

La propia IU y partidos nacionalistas como el PNV barajan un "no" a esa consulta que ERC ha anunciado ya que promoverá activamente. El Gobierno pretende, no obstante, que España sea el primer país que ratifique la Constitución y ha considerado los meses de noviembre o febrero para la realización del referéndum, aunque fuentes gubernamentales consideran finalmente que es difícil que se haga antes de las primeras semanas del próximo verano.

Cambio de posición

Zapatero ha encargado a Moratinos que consulte con los partidos ese calendario. El viaje de aproximación del ministro a las fuerzas parlamentarias, que tendrá continuidad el próximo septiembre cuando Zapatero acuda a la Asamblea general de la ONU acompañado también por una delegación de Las Cortes, comienza, sin embargo, con un cambio de posición sobre la reforma del principal organismo internacional que puede resultar conflictivo para el PP.

Frente a la insistencia del anterior presidente del Gobierno, José María Aznar, en que los grandes países asiáticos y latinoamericanos estén representados en el Consejo de Seguridad con el mismo título permanente que los cinco grandes, o a sus alusiones al carácter anacrónico del derecho del veto, Exteriores hizo saber ayer que Moratinos defenderá ante Annan "únicamente" el objetivo de ampliar el número de miembros no permanentes del Consejo.

Esta posición, que responde inmediatamente a los intereses de España en la medida en que no puede aspirar a ser miembro estable, coincide con la de Francia, pero no con la de Alemania y menos con la de Brasil, país al que Aznar dijo apoyar frente a Argentina y México en su aspiración de estar permanentemente en el Consejo.

Moratinos, añaden las fuentes diplomáticas, viaja, sin embargo, a Brasilia con la intención de poner en práctica el acuerdo estratégico que Aznar y Luiz Inácio Lula da Silva firmaron en Bolivia el pasado noviembre. Luego, en Bogotá, reafirmará ante el presidente, Álvaro Uribe, la voluntad española de cooperación para consolidar la democracia y la seguridad, aunque no por la vía de ventas de armas que Aznar había iniciado.