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Ibarretxe será recibido en La Moncloa en un clima de discrepancia política

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibirá el próximo lunes al lehendakari, Juan José Ibarretxe, de acuerdo con el compromiso telefónico que ambos adquirieron en junio de celebrar este encuentro antes de las vacaciones. De la cita no se esperan grandes acuerdos. La pretensión de Zapatero de llegar a compromisos se cumplirá a medias, ya que el Gobierno vasco es reticente a aceptar las transferencias menos conflictivas, por las que el Ejecutivo central querría empezar.

Zapatero desea una distensión con Ibarretxe que suavice el enfrentamiento político suscitado por el plan soberanista del lehendakari. En la conversación que mantuvieron el mes pasado, Zapatero le expresó su voluntad de que la primera reunión que celebrasen en La Moncloa ofreciera un mensaje positivo a la sociedad.

Los Gobiernos central y vasco negocian desde hace semanas en diversos frentes para cerrar acuerdos sobre contenciosos pendientes desde la Administración del PP. Las negociaciones en las áreas económica y policial están prácticamente cerradas. El Gobierno central acepta ampliar la plantilla de la Ertzaintza y está dispuesto a asumir los gastos que reclama el Ejecutivo autónomo por las tareas de limpieza de las playas tras la marea negra del Prestige. También parece cercano el entendimiento sobre las discrepancias en la liquidación del Cupo.

Sin embargo, en materia de transferencias, el Gobierno vasco reclama competencias de envergadura como Instituciones Penitenciarias y Seguridad Social. Ambas reclamaciones son emblemáticas y fueron rechazadas sistemáticamente por el Gobierno del PP y también por los de Felipe González. Tampoco está dispuesto a aceptarlas Zapatero, porque una afecta a la política antiterrorista y la otra a la solidaridad interterritorial. Por debajo de ellas, el Ejecutivo de Ibarretxe no quiere transferencias de entidad menor, que sólo servirían, a su juicio, para proyectar una imagen benéfica del Gobierno central.

En el entorno del lehendakari se afirma que considerarían un buen resultado del encuentro una declaración de respeto hacia las ideas contenidas en el plan Ibarretxe, aunque vaya acompañada del desacuerdo radical con ellas.

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