_
_
_
_

La oposición peruana amenaza con más protestas si Toledo no da un giro político

La pregunta está en boca de los peruanos al día siguiente de la huelga general, la primera en tres años de Gobierno de Alejandro Toledo: ¿Después del paro, qué? La oposición política, los sindicatos y analistas de distinto signo coinciden en un diagnóstico: si el Gobierno no da un giro político, se producirá una escalada en la protesta callejera. Lourdes Flores, ex candidata presidencial y líder de la opositora Unión Nacional, advirtió de que "el Gobierno no puede ser sordo, ciego ni mudo, y tiene que hacer un mea culpa que nace del sentimiento de rechazo de nueve de cada diez peruanos".

Nadie puede cantar victoria por el resultado de la huelga, que concluyó con 76 detenidos, la mayoría en Lima, y escasos incidentes que no afectaron al mayor evento que vive estos días Perú, la Copa América de fútbol. El paro no fue un rotundo fracaso como asegura el Gobierno ni tuvo un seguimiento masivo en todo el país, como pretenden los sindicatos convocantes y el APRA, principal partido de la oposición. Hasta el mismo día de la huelga, la dimisión del presidente no figuraba en la lista de reivindicaciones. Pero el mitin central del miércoles concluyó con la exigencia lanzada en la plaza del Dos de Mayo por el presidente de la Confederación General de Trabajadores de Perú, Mario Huamán: "Señor Toledo, no lo queremos un día más en el Palacio de Gobierno".

Para el principal diario peruano, El Comercio, todos tienen que sacar lecciones de la jornada de huelga. Al Gobierno le pide una actitud más autocrítica. A los promotores del paro les reprocha su desconexión de la sociedad, y en su editorial de ayer les dirigía la siguiente advertencia: "Deben poner las barbas en remojo y reflexionar antes de embarcarse en otra aventura como la de ayer".

Perú se encamina peligrosamente por el sendero que transitan varios países latinoamericanos como Bolivia, Ecuador o Venezuela, donde la demanda nacional, por encima de las reivindicaciones específicas, es la renuncia del presidente. Los dos años de mandato que le quedan a Toledo parecen hoy un periodo difícil de cumplir sin sobresaltos. Aumentan las voces que piden que el presidente dé "un paso al costado" y delegue funciones en un primer ministro independiente que impulse una nueva política alejada de la impronta presidencial. Alan García, líder del APRA, reiteró ayer esta petición. La primera reacción de Toledo a la huelga tuvo más de ironía que de voluntad de cambio. "Felicito a los organizadores porque han hecho un paro que es un derecho y yo los escucho, mi Gobierno escucha... Aquí no hay ganadores ni perdedores, ha ganado el país", afirmó.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_