La decapitación del rehén búlgaro extiende el terror
El ultimátum de los secuestradores del ciudadano búlgaro Ivaylo Kepov en Irak concluyó anoche sin noticias sobre su suerte. No obstante, el anuncio la madrugada anterior del degüello de su compañero de infortunio, Georgi Lazov, mantenía en tensión a allegados y mediadores después de varias amenazas incumplidas en otros casos. Un filipino y un egipcio también esperan que las negociaciones con sus captores den resultado. Del resto de los extranjeros secuestrados, hasta una decena, no han vuelto a tenerse noticias. El asesinato de Lazov, de 30 años, se conoció en la madrugada de ayer y fue confirmado por su Gobierno. La cadena árabe Al Yazira, que recibió el vídeo con el asesinato, decidió no emitir las imágenes.
El grupo que ha secuestrado a los dos camioneros búlgaros es uno de los más brutales que operan en Irak. Yamaat al Tauhid ual Yihad (Asociación para el Monoteísmo y la Guerra Santa), vinculada al terrorista jordano Abu Musab al Zarqaui, ha decapitado a dos rehenes con anterioridad. El grupo Tauhid ual Yihad exige que EE UU libere a los 5.800 presos iraquíes en su poder, según fuentes oficiales. La delegación diplomática que Sofía ha enviado a Bagdad ya ha hecho saber que ellos no pueden satisfacer esa exigencia. Bulgaria tiene desplegado un contingente de 480 soldados en Kerbala.
Mientras tanto, las autoridades filipinas hacían ayer encaje de bolillos con sus declaraciones tratando de satisfacer al grupo que tiene secuestrado a Angelo de la Cruz. Una autodenominada Brigada Jaled Ibn al Walid del Ejército Islámico ha exigido que retiren sus tropas de Irak. Manila apenas tiene 51 soldados y policías dedicados a tareas humanitarias, cuya salida estaba prevista para el 20 de agosto. Los secuestradores de De la Cruz quieren que esa fecha se adelante un mes y han prometido tratar al rehén como prisionero de guerra si ven pasos en ese sentido.
Un tercer grupo, de identidad aún más oscura que los anteriores, ha dado 72 horas a una empresa saudí para que abandone Irak, tras solicitar un millón de dólares por uno de sus empleados, el egipcio Moahamed al Gharabaui. Al menos, en este caso no hay amenaza de muerte. Se desconoce el paradero del resto de los extranjeros secuestrados, hasta una decena, alguno de ellos desde el pasado 8 de abril.
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