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Londres suprime 104.000 funcionarios para aumentar el gasto social y militar

Educación, sanidad, vivienda, seguridad y ayuda exterior, prioridades del Gobierno laborista

El laborismo apuesta por los servicios públicos y la seguridad ciudadana para ganar las próximas elecciones. El ministro británico del Tesoro, Gordon Brown, presentó en los Comunes las prioridades presupuestarias del Gobierno británico para los próximos tres años, que contemplan la reducción de 104.000 funcionarios para financiar un ambicioso aumento del gasto en dos áreas de enorme sensibilidad electoral -servicios públicos (educación, sanidad, vivienda, transporte) y seguridad ciudadana- y un inesperado guiño a la izquierda en forma de espectacular aumento de la ayuda exterior.

El discurso de Brown fue mucho más que un monocorde relato de cifras de poco más de media hora. Fue un documento de gran trascendencia política que desvela la estrategia del Partido Laborista para ganar las próximas elecciones generales: ahorrar aquí para aumentar el gasto público allí donde más falta hace para ganar votos. A su espalda, el primer ministro, Tony Blair, intentaba desmentir con lenguaje corporal las tensiones citadas estos días por la prensa y no paraba de lanzar todo tipo de sonrisas y miradas admirativas a su ministro del Tesoro y quizá algún día sucesor.

Brown disfrutó así de su habitual cuarto de hora de gloria y abrió una semana políticamente decisiva, que mañana tendrá su punto culminante con la presentación del informe de lord Butler sobre los fallos de la inteligencia en la guerra de Irak. Para muchos, la penúltima posibilidad de que Brown acabe sustituyendo a Blair como cartel electoral laborista en las próximas elecciones.

En términos meramente presupuestarios, las áreas más mimadas en el trienio comprendido entre el 1 de abril de 2005 y el 31 de marzo de 2008 serán Sanidad, con un aumento anual del 7,1% en términos reales que le permitirá pasar de 69.000 millones de libras (unos 104.000 millones de euros) en 2004 a 92.000 millones (138.000 millones de euros) en 2008, y Educación, que crecerá un 5,2% anual y dispondrá de 77.000 millones de libras (115.000 millones de euros) al año en 2008. Pero los aumentos son también muy apreciables en Transportes y en Vivienda, dos áreas particularmente sensibles para los ciudadanos.

Es la apuesta del Nuevo Laborismo por la reforma de los servicios públicos, quizá la herencia más envenenada de la era Thatcher. Cuando llegaron al poder en 1997, los laboristas se veían atrapados entre su promesa de mantener el gasto público al mismo nivel de los conservadores durante tres años -para ganarse la confianza del mercado y las clases medias en su capacidad de gestionar la economía- y la evidencia de que esa política no hacía más que deteriorar aún más esos servicios públicos.

La otra gran apuesta laborista es la seguridad ciudadana, una prioridad subrayada también ayer. El presupuesto del Ministerio del Interior aumentará en 3.308 millones de euros hasta alcanzar los 22.400 millones de euros en 2008. El de Defensa subirá 44.600 a 50.200 millones de euros, al margen de los gastos adicionales generados por las guerras de Afganistán e Irak, que hasta ahora suman 6.600 millones de euros. Los gastos de seguridad nacional aumentarán un 10% anual al pasar de 2.200 millones de euros a 3.100. Estos gastos, consecuencia sobre todo de la guerra contra el terrorismo, están destinados a mejorar las dotaciones presupuestarias de los servicios secretos, tanto la actividad del MI6 en el exterior como la del MI5, responsable de la inteligencia dentro del Reino Unido.

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Regalo para la izquierda

Pero el laborismo tuvo también un sobresaliente e inesperado regalo para la izquierda, a medio camino entre la mala conciencia y la necesidad de pedir el voto a tantos desencantados por la guerra de Irak. "De la misma manera que tenemos nuestra parte de responsabilidad en las injusticias globales, la obligación de nuestro país es no sólo no reducir la ayuda al desarrollo, sino aumentarla", explicó Brown al anunciar un espectacular crecimiento de esa partida, que pasará de 5.712 millones de euros a 7.900 en 2008. La ayuda británica se situará entonces en el 0,47% del PIB, y el ministro se comprometió a llegar en 2013 al 0,7% que pide la ONU.

¿Cómo se pagará toda esta fiesta sin aumentar los impuestos? Gordon Brown confía en los réditos adicionales, que aportarán un crecimiento económico superior al que muchos esperaban, pero también en la eficiencia de un arriesgado plan de recorte del gasto y una oportunista campaña de venta de activos. El Gobierno espera recaudar 45.100 millones de euros mediante la venta de tierra y propiedades y espera ahorrar 32.250 millones de euros al año en gastos corrientes. Gran parte de estos ahorros procederán de la reducción de 104.150 funcionarios públicos, 60.000 más de los anunciados en los presupuestos de la primavera pasada. De éstos, 84.150 corresponden a la Administración en Inglaterra y el resto a funcionarios en Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

El ministro británico del Tesoro, Gordon Brown, conversa con unos niños en una guardería en Londres.
El ministro británico del Tesoro, Gordon Brown, conversa con unos niños en una guardería en Londres.REUTERS

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